La reforma de la acogida: una medida justa que llega con retraso

La reforma sobre la acogida de menores migrantes no acompañados ya es una realidad. El Gobierno de Ceuta la respalda, sí, pero también deja claro que la medida llega tarde y que la situación sigue siendo insostenible. La norma aprobada por el Consejo de Ministros responde a una reivindicación histórica de Ceuta y Canarias, pero no basta con el papel: el problema está en la calle.
Los datos lo dicen todo: Ceuta multiplica por 20 la media nacional de sobreocupación en acogida, con una capacidad desbordada en un 400%. Ocho de cada diez menores están en recursos de emergencia, soluciones temporales que no pueden ser definitivas. Desde agosto del pasado año, la Ciudad lleva pidiendo auxilio ante una realidad que desborda cualquier capacidad de gestión. Ahora, el Real Decreto-ley introduce el reparto obligatorio entre comunidades autónomas, con financiación estatal. Pero la pregunta es: ¿será suficiente?
Desde el Gobierno local insisten en que la financiación debe cubrir el déficit que esta situación provoca en las cuentas de la Ciudad. Mientras la norma entra en vigor, Ceuta sigue soportando una presión que no desaparece con la firma de un decreto.
Vivas y Feijóo, en caminos opuestos
La situación, además, abre una grieta dentro del propio PP. Mientras que el Ejecutivo de Ceuta, con Juan Vivas al frente, defiende el reparto obligatorio como única salida viable, la dirección nacional del partido rechaza el decreto aprobado por el Gobierno central. Feijóo y su equipo consideran que esta medida es una imposición sin una financiación suficiente y ya han anunciado que comunidades gobernadas por el PP, como Madrid y Aragón, presentarán recursos contra la norma.
Esto deja a Ceuta en una posición incómoda: apoyando una solución que su propio partido combate en otras regiones. Mientras las comunidades del PP amenazan con no aplicar el reparto, en Ceuta la única certeza es que el problema sigue siendo el mismo. Las palabras y los compromisos son un paso, pero la urgencia no espera. Ahora toca ver si este reparto funciona en la práctica o si todo queda en otro anuncio sin efectos reales. Porque la realidad de la acogida en Ceuta no cambia con titulares, sino con soluciones efectivas.