El rey Mohamed VI ha instado a la población a abstenerse de realizar el sacrificio de corderos durante la próxima Fiesta del Sacrificio (Eíd al Adha), prevista para el 6 de junio. La decisión responde a la prolongada sequía y la drástica reducción del ganado en Marruecos, lo que ha generado un encarecimiento de los precios y dificultades de abastecimiento.

Según datos oficiales, la cabaña ganadera ha disminuido un 38% en comparación con hace nueve años. Además, las precipitaciones de este año han sido un 53% inferiores a la media de las últimas tres décadas, lo que ha afectado la producción de forraje y disparado el coste de la carne.

Para mitigar esta crisis, Marruecos ha incrementado las importaciones de ganado y carne roja, con acuerdos como la llegada de hasta 100.000 ovejas desde Australia. También ha suspendido los aranceles y el IVA sobre estos productos para intentar estabilizar los precios en el mercado interno.

El monarca, a través del ministro de Asuntos Islámicos, Ahmed Toufiq, ha señalado que la festividad mantiene su significado espiritual y que él mismo realizará el sacrificio en nombre de su pueblo, siguiendo la tradición de sus antecesores. Con este gesto, Mohamed VI busca preservar el simbolismo de la celebración pese a las dificultades que enfrenta el país.

La medida podría tener repercusiones entre los musulmanes de Melilla y otras zonas fronterizas, ya que son muchos los que cruzan a Marruecos en estas fechas para realizar el sacrificio. Aunque en la ciudad autónoma el abastecimiento de corderos está garantizado desde la península, algunos podrían optar por abstenerse en solidaridad con sus familiares en el país vecino.

Esta decisión refleja no solo la crisis ganadera que atraviesa Marruecos, sino también el papel del monarca como líder religioso, buscando evitar tensiones económicas entre las familias con menos recursos y mantener la estabilidad en el país.