La Hermandad de Buena Muerte, Mayor Dolor y Virgen de los Remedios prepara la celebración de los días en honor de la Gloriosa y Celestial Remediadora y especial protectora de la Almina de Ceuta.

Los próximos días 21, 22 y 23 de septiembre tendrá lugar el anual triduo a las siete de la tarde con los siguientes cultos: exposición del Santísimo, rezo del Rosario, ejercicio del Triduo y Eucaristía.

El jueves 24, la hermandad celebrará la Función Solemne, día de la festividad de la Virgen Remediadora. Aunque las medidas de prevención sanitarias por el coronavirus motivan que no se pueda exponer la sagrada imagen al tradicional y devoto besamanos, sí estará ubicada en un lugar preferente para que los fieles que lo deseen puedan mostrarle su respeto y devoción.

La primera piedra de la iglesia de los Remedios se colocó el 5 de mayo de 1715, bendiciéndose el 11 de octubre de 1716. Desde 1989 es regentada por la Orden de San Agustín (OSA), siendo su párroco el padre Fernando Asencio Fernández OSA, director espiritual de la hermandad.

Exaltación de la Santa Cruz

Otros cultos que van a tener lugar estos días son la celebración de la exaltación de la Santa Cruz el lunes 14, con exposición del Santísimo, rezo de las Cinco Llagas y Santa Misa, desde las siete de la tarde; y el martes 15, recordando los Dolores de María Santísima, con el rezo de la Corona Dolorosa antes de la misa, también desde las siete de la tarde.

Parroquia de los Remedios

La historia de la Parroquia de los Remedios comienza con el sitio impuesto por Muley Ismail en 1694 a la ciudad de Ceuta. Afectó en gran medida a la ciudad intramuros, trayendo como consecuencia el paso de la población civil a la península de la Almina. Surge, de este modo, la necesidad de edificar una nueva iglesia con el fin de atender la atención pastoral de la población ceutí. El obispo don Sancho de Velunza y Corcuera se erigió en verdadero promotor de la construcción del nuevo templo, cuya primera piedra se colocó el 5 de mayo de 1715, bendiciéndose el 11 de octubre de 1716.

El templo parroquial de los Remedios ha sufrido numerosas transformaciones hasta llegar a nuestros días, dando como resultado que su estructura original aparezca bastante alterada. El retablo mayor procede de la desaparecida iglesia de Nuestra Señora de Gracia, que perteneció a la Orden de los Trinitarios Descalzos, fechable en el segundo tercio del siglo XVIII.

En sus archivos parroquiales figuran el bautizo del Teniente Ruiz y la defunción de Agustina de Aragón, héroes de la Guerra de la Independencia.

Desde el año 1989 es regentada la parroquia por la Orden de San Agustín, siendo su primer párroco el padre Agustín Napoleón Cilleruelo (OSA).