Un mes después la tensión y la conflictividad aumenta en los campamentos MENA que entraron en Ceuta, según el portavoz del Grupo Parlamentario VOX en la Asamblea, que ha visitado Piniers y las naves del Tarajal en las que se encuentran los menores marroquíes que no deambulan por las calles. Además, también ha estado en la nave habilitada hace unos días para acoger a familias.

“En Piniers hemos podido palpar la conflictividad entre estos menores que ven que no tienen solución ni información”, explica Carlos Verdejo, que cuenta cómo incluso los administradores de este campamento han tomado la decisión de sacar a las niñas para reducir parte de la conflictividad y el nerviosismo entre los acogidos. Mientras, en las naves del Tarajal “siguen llegando menores y se siguen dando positivos por Covid-19”.

Sin embargo, el control de los MENA se hace cada vez más complicado. Verdejo explica cómo los menores, al llegar al campamento, les dan unos datos a los trabajadores para que los filien y cuando les toca el turno a la Policía les dan nombres distintos para que no se les pueda seguir el rastro. Además, los trabajadores cuentan que se producen fugas diarias y VOX ha podido conocer que hay una orden directa de la jefa del Área de Menores de no impedir que se produzcan esas fugas.

Ante esta situación, Verdejo denuncia que no se está impidiendo que los inmigrantes deambulen por las calles a pesar de la creciente inseguridad. “Estos campamentos no ofrecen una solución adecuada al problema”, ha lamentado para criticar que tampoco se garantiza que los menores no se escapen. “Mientras, los ceutíes vemos episodios como los de la pasada noche, con reyertas y conflictos de todo tipo con menores inmigrantes como protagonistas”, subraya.

“Desde VOX seguiremos luchando porque las condiciones de los trabajadores de estos campamentos mejoren y por qué también lo haga la seguridad para evitar que los menores conflictivos vuelvan a las calles”, advierte Verdejo. Por último, el portavoz de VOX en la Asamblea alerta de que tampoco se están llevando a cabo pruebas óseas para determinar la edad de los menores que se encuentran acogidos en los campamentos a pesar de que parte de ellos pueden rebasar los 18 años.