Búscome advierte que la depresión es una enfermedad, aunque sigue siendo invisible, puede llegar a hacerse crónica y desencadenar en el suicidio. “Los síntomas son muy duros y quienes padecen depresión sufren las consecuencias de una estigmatización que ironiza con sus secuelas”, incide.

Los datos son alarmantes y llega a afectar a más de trescientos millones de personas en el mundo, pero Búscome se quiere centrar en las mujeres víctimas de violencia de género, pues la depresión es uno de los síntomas más comunes entre otros cuadros clínicos. Para la asociación es el entorno cercano y, sobre todo, el centro de Salud quienes pueden descubrir una situación de maltrato tras una observación directa en el estado de ánimo, puesto que son muchas las mujeres las que no reconocen que están viviendo una experiencia de violencia de género.

En este sentido, Búscome afirma que en estos tiempos son más las mujeres las que han caído en un estado profundo de depresión tras un duro confinamiento encerrado con el maltratador. La asociación asegura que se necesita más conciencia social y ayuda terapéutica cubierta por la Seguridad Social, ya que no todo el mundo puede costearse una terapia. También insiste en hacer campañas de concienciación, pues hay quienes padecen:

“Tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración, y no reconocer que es un cuadro inicial depresivo”.

Por eso, Búscome reivindica más políticas de salud mental, “la gran olvidada de la medicina”