Vanishing o Desaparición, de Denis Dercourt
El tráfico de órganos, es un negocio que crece mucho más, con el inevitable paso de cada año. Las víctimas favoritas de estos depredadores suelen ser hombres y mujeres en edades de las que, aun se pueda sacar mucho provecho de sus órganos vitales. Estas personas, por lo general, proceden de territorios y sociedades en las que, las diferencias sociales y económicas son bastante notables, y suelen ser engañadas, por otras personas, que tienen -en vez de un rojo corazón- un hueco profundo y sin fondo.
Este vil negocio, ha estado en lo más profundo y oscuro de la sociedad y hoy día, también habita entre los lugares más siniestros de la web. Se deben destacar los esfuerzos que por parte de las autoridades son llevados a cabo para capturar y contrarrestar toda esta podredumbre que carcome a familias enteras en esta terrible posmodernidad. Pero también, habrá que hacer hincapié en las familias que dejan a sus hijos en manos de desconocidos o en lugares -como las redes sociales- en los que están altamente expuestos a los delincuentes que dirigen este horripilante negocio.
Desde estas ambivalencias, creo yo, surge la película “Vanishing” (Desaparición en español) del cineasta de origen francés Denis Dercourt. En esta cinta, nos encontramos con la historia de varias personas que han desaparecido en Corea del Sur y la policía liderada por el agente Jin-Ho está tratando -sin mucho éxito- de resolver los casos, lo que les lleva a buscar la ayuda de una experta forense llamada Alice, que ha desarrollado una técnica precisa, para investigar con mucha más profundidad éstos crímenes en el área de la medicina y ahora lo llevará a la práctica en aquel país.
El guión desarrollado por Denis Dercourt es uno que transita entre lo grotesco y lo paranormal ya que nos encontramos con casos deleznables de hombres, mujeres y niños que vilmente han sido utilizados para traficar con sus órganos y también con la dignidad de sus familiares. El cineasta, utiliza este elemento para hacer énfasis en un problema que hace mucho tiempo se salió de las manos de las autoridades tanto nacionales como internacionales, y ahora, solo queda hacerle frente mediante la resistencia y el esfuerzo ciudadano, algo que parece ser aun más difícil pero no imposible.
El trabajo fotográfico no es algo espectacular en esta cinta, pero si se deben destacar los fondos y traslapes que logran marcar una diferencia en la película y hacer que, las imágenes transiten entre el horror y la esperanza que se muestra a quienes aún esperan la llegada de sus seres queridos que han desaparecido en aquella nación. Lo cual me hace pensar que, el autor nos deja un hálito de compromiso e hidalguía con las familias que siguen envueltas en una tristeza y un duelo bastante personal.
“Vanishing o Desaparición” es una cinta que toma mucha vigencia hoy día, mientras el tráfico de órganos se torna al mismo nivel, que el de los estupefacientes, o incluso, llegando a rozar el atroz y condenable tráfico de armas de guerra. Siendo este, un negocio que fundamenta sus bases en la destrucción de la familia y los bienes comunes.
“Vanishing o Desaparición” también es una película que nos muestra, que este negocio también se mueve entre las estructuras más inusuales en nuestra sociedad. Denis Dercourt, supo narrar en su cinta todos los elementos que se usan para traficar órganos y de como éstos -se mueven frente a nosotros- sin que a veces los notemos o simplemente los pasemos por desapercibidos.