Leonor: “Espero corresponder con la mayor dignidad y con el mejor ejemplo”
Su Alteza Real la Princesa de Asturias ha recibido, por parte de Su Majestad el Rey, el Collar de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, en presencia de los poderes del Estado, tras jurar la Constitución Española ante las Cortes Generales.
A su llegada al Palacio Real, el Rey Felipe ha sido recibido en el patio de la Armería con honores, himno nacional y veintiún cañonazos.
El presidente del Gobierno en funciones dio lugar a la lectura del Real Decreto de concesión. El rey ha impuesto a la Princesa de Asturias el Collar de la Orden de Carlos III.
Doña Leonor ha pronunciado unas palabras destacando que:
“Me debo desde hoy a todos los españoles, a quienes serviré en todo momento con respeto y lealtad. No hay mayor orgullo. En este día tan importante les pido que confíen en mí, como yo tengo puesta toda mi confianza en nuestro futuro, en el futuro de España”.
Y añadió que:
“Y he contraído una gran responsabilidad con España ante las Cortes Generales, que espero corresponder con la mayor dignidad y con el mejor ejemplo”.
Para finalizar puntualizo:
“Recuerdo muy bien lo que mi padre, el Rey, me dijo: ‘Te guiarás permanentemente por la Constitución, cumpliéndola y observándola, servirás a España con humildad y consciente de tu posición institucional’. Son palabras que en todo momento tendré muy presentes”.
Tras la imposición de la distinción, ha tenido lugar el saludo a los invitados seguido de un almuerzo a una representación del Gobierno y de los Poderes del Estado, en el que don Felipe ha subrayado que:
“El juramento de la Constitución de la Princesa de Asturias ante las Cortes Generales es la solemne expresión del compromiso de quien encarna la continuidad de nuestra Monarquía Parlamentaria con nuestros principios democráticos y valores constitucionales”.
Real y Distinguida Orden Española de Carlos III
Con el lema latino “Virtuti et merito”, fue creada con la finalidad de condecorar a aquellas personas que se hubiesen destacado especialmente por sus buenas acciones en beneficio de España y la Corona. Desde su creación, sigue ocupando el primer puesto entre las más altas distinciones del Reino de España. Aunque se encuentra dentro de la categoría de las órdenes militares, concretamente es una orden de caballería, formalmente se convirtió en orden civil en 1847.
Su Majestad el Rey es el Gran Maestre de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III. El Presidente del Gobierno es el Gran Canciller de la Real y Distinguida Orden. Al tomar posesión de su cargo es investido con el grado de Caballero de la Orden y con esta calidad actúa como Gran Canciller de la misma. Le corresponde elevar a la aprobación del Consejo de Ministros los proyectos de reales decretos de concesión de los grados de Collar y Gran Cruz. Todos los títulos de los diferentes grados de la Real Orden deberán llevar su firma.
Tanto la Orden como las condecoraciones que se otorgan están reguladas en un real decreto de 2002, se fija como objetivo: recompensar a los ciudadanos que con sus esfuerzos, iniciativas y trabajos hayan prestado servicios eminentes y extraordinarios a la Nación.
La Real Orden consta de los siguientes grados: Collar, Gran Cruz, Encomienda de Número, Encomienda y Cruz.
El Collar de Carlos III está reservado a los miembros de la Familia Real española, los jefes de Estado y de Gobierno y a aquellos ciudadanos españoles que posean la Gran Cruz con más de tres años de antigüedad. El número de ciudadanos vivos españoles que, con excepción de la Familia Real, pueden recibir el Collar está restringido a 25.
Además, se puede conceder esta insignia a personas de nacionalidad extranjera, siempre que hayan prestado extraordinarios y meritorios servicios a España, o bien por cortesía y reciprocidad a altos dignatarios de otras naciones.
En 1986 al cumplir la mayoría don Felipe recibió el Collar de la Orden Carlos III.