Mis fieles regulares
Coronel José María Moro Sanjuán, antiguo Jefe de los regulares de Ceuta ¡Fiel Regular!
Por qué los regulares de Ceuta y sus viudas merecen ser galardonados con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia.
Antes que nada, mencionar que el Grupo de Regulares de Ceuta nº 54 es descendiente en línea directa de las primeras Fuerzas Regulares Indígenas creadas en Melilla hace más de 112 años. En ellas han convivido en perfecta armonía siempre, hasta los tiempos actuales, personal de razas, religiones y culturas diferentes como son europeos, árabes, bereberes y rifeños; cristianos y musulmanes. Es algo semejante a lo que ocurre y se palpa en la propia Ciudad Autónoma de Ceuta, de la cual el Grupo de Regulares pasea su nombre por todo el mundo, tanto en su bandera, la más galardonada de las Fuerzas Armadas, como en su guion.
Otra muestra que refuerza esta idea de concordia entre civilizaciones es su escudo, en el que a pesar de los cambios que ha sufrido a lo largo de su centenaria historia, siempre ha mantenido la media luna del islam, como símbolo de respeto y en recuerdo a sus orígenes con personal mayoritariamente indígena de creencias musulmanas.
En las paradas militares, Regulares de Ceuta, cada vez que se honra a los que dieron su vida por España, es la única unidad española en la que se funden dos oraciones por los caídos, una cristiana y otra musulmana que además se recita en árabe.
Desde su creación, los regulares fueron determinantes en la pacificación del Protectorado español en el norte de Marruecos, contribuyendo a que en esa zona prosperaran el entendimiento y la convivencia en paz entre las diversas kabilas y tribus, en defensa de la libertad, luchando contra la injusticia, y colaborando para que se diesen las condiciones necesarias para que llegase allí cierto grado de prosperidad, disminuyendo la pobreza y las enfermedades. Algo parecido a lo que han venido realizando hasta ahora los ‘Fieles Regulares’ en todas las misiones internacionales, o en territorio nacional, véase la Operación Balmis, en las que han participado.
Las Fuerzas Regulares se crearon sobre la base de unidades de combate de caballería e infantería, aunque en la actualidad hablar de Regulares es hablar de esta última, la mejor del mundo a lo largo de la historia sin ninguna duda; es hablar de sudor y de sangre; de frío y de calor; es hablar de hambre, de sed y de sueño; de hoy por ti y mañana por mí; de extrema vanguardia en el avance o de extrema retaguardia en la retirada. Es hablar de honradez, sacrificio, valor, abnegación, austeridad, compañerismo, disciplina, lealtad, y como no de fidelidad, bien lo sabía Su Majestad el rey D. Alfonso XIII, tatarabuelo de la princesa Leonor, que da nombre a este preciado galardón (Princesa de Asturias de la Concordia), quien les bautizara con el sobrenombre de “mis fieles regulares”.
Pero también es hablar de elegancia, de marcialidad, de belleza, de finura, de distinción, cuando marchan y exhiben sus tarbuschs y sus skaras, sus sulhams y sus alquiceles, sus uniformes teñidos de garbanzo mezclados con el azul, al sonido de tambores, cornetas y chirimías, respetando escrupulosamente las tradiciones y cultura de sus integrantes, y como muestra de concordia entre diferentes culturas.
Los regulares siempre han sido los primeros en extrema vanguardia, con esta finalidad se crearon, y así fueron y son empleados siempre, en primera línea, en los puestos de mayor riesgo y fatiga.
Son las Fuerzas Regulares también las primeras en sacrificio, así lo atestiguan los escalofriantes números de bajas y desaparecidos, siendo las unidades que más sangre han vertido en los lugares donde se han batido.
Y son los primeros en la relación de las unidades más recompensadas de nuestras Fuerzas Armadas. El Grupo de Ceuta es el que más condecorados a título individual tiene con las dos recompensas de mayor valor, la Cruz Laureada de San Fernando y la Medalla Militar, además de estar entre las primeras a nivel colectivo. De la moharra de su bandera es de la que más condecoraciones cuelgan de todas las de las unidades militares españolas con derecho a portar enseña.
El acuartelamiento ‘Teniente Coronel González Tablas’, sede de los regulares de Ceuta, es una maravilla arquitectónica, con su espectacular entrada que recuerda a la puerta de la Bisagra de la Imperial ciudad de Toledo, Patrimonio de la Humanidad; con sus preciosos rincones adornados por el prestigioso ceramista de la época Ramos Rejano, quien empleara en alguna de sus obras bocetos del mismo Mariano Bertucci para decorar los azulejos de los preciosos bancos de mampostería que embellecen las calles y plazuelas del cuartel; con su mágico salón Moro, que se conserva tal y como era cuando se construyó en los años veinte del siglo pasado; con el despacho del coronel jefe del Grupo, el más majestuoso que se pueda imaginar, ornamentado con mobiliario de valor incalculable que hace más de cien años la ciudad de Tetuán donase a Regulares; con su sala de rezos que convive junto con la pequeña capilla, en perfecta armonía y concordia dentro de un recinto de una belleza inigualable. Además, cuenta con un museo único, con fondos de gran valor que de una manera visual dan a conocer al visitante la historia de estas fascinantes unidades. Los regulares se preocupan con gran dedicación de su mantenimiento y conservación, tanto de aquel como de este último, contribuyendo de una forma directa a la protección del patrimonio de la humanidad.
Todo lo reflejado en esta carta, como no pudo ser de otra manera, y así sigue siendo, se debió y se debe gracias a las esposas antaño, ahora parejas, de los que se afanaban con cumplir con sus deberes encuadrados en las Fuerzas Regulares. Todas están muy bien representadas por las viudas de los antiguos regulares, quienes ya en su momento fueron recompensadas con la Medalla de la Autonomía, el día de Ceuta en 2007; medalla que donaron al museo de Regulares.