Cultura pone sobre las tablas del Teatro Revellín, el día 22 de abril a las siete y media de la tarde, la obra del dramaturgo Ariel Dorfman “La muerte y la doncella”, publicada en 1992, dirigida por Manuel Merlo, la que, fue llevada al cine por Roman Polanski.

Las localidades se pueden adquirir en la taquilla del teatro como en la web​ de la Ciudad, a precios de entre tres y ocho euros.

Una historia contada por tres actores: Joaquín Morón, Carmen Jordá y Quique Bajo.

Paulina Escobar fue torturada y violada por sus captores, durante el periodo dictatorial de un país de Sudamérica. Ella omitió a su novio Gerardo Escobar lo sucedido, debido a que era un activista insurgente contra el régimen coercitivo participando como editor de un diario clandestino.

Paulina y Gerardo se casaron, y un día el marido tiene un percance con un neumático de su vehículo, y lo acerca a su casa un hombre que le auxilió. En la casa Paulina reconoce la voz del que fue su torturador Roberto Miranda, pues llevaba los ojos vendados.

Paulina logra hacer confesar Roberto e intenta convencer a su esposo Gerardo, el que no está convencido de la implicación del médico en los abusos a su mujer.

Gerardo le hace firmar una confesión a Roberto, más bien para liberar los miedos de Paulina, que buscar la culpabilidad del médico. La mujer cada vez está más convencida de estar presente con su torturador. Aunque Paulina altero intencionadamente detalles a su marido, el presunto agresor se declara inocente, pero ella quiere ejecutarlo.

Pero realmente Paulina lo mató o no. En un concierto, la sinfónica toca la pieza musical de Franz Schubert, “La muerte de la doncella”, y ella ve al otro lado del teatro bajo una luz fantasmal a Roberto, el que según Paulina durante los abusos escuchaba esa melodía. La trama es si realmente Paulina lo ve o es un flashback traumático.