En Manresa, un lugar conocido por su encanto en la comarca del Bages, también se esconde una dura realidad. La vida en la calle se ha convertido en una batalla diaria para muchos, como Verónica, una mujer de 44 años que encontró en la música su refugio y medio de subsistencia. Con su flauta, transforma cada nota en un intento por salir adelante.

"Dormir en un cartón, rodeada de gente borracha..., eso es la calle", expresa Verónica con dolor. Tras 12 años en prisión, recuperó su libertad el 27 de julio del año pasado. Desde entonces, su lucha ha sido doble: adaptarse a una sociedad que parece darle la espalda y encontrar un lugar donde descansar segura.

A pesar de las dificultades, Verónica no se rinde. Aunque ha tocado puertas en organismos gubernamentales y buscado empleo sin éxito, su historia es un ejemplo de superación. Cada día, con su música, apela a la solidaridad de quienes pasan por las calles de Manresa. "Necesito encontrar un sitio donde se cumplan mis derechos y obligaciones", clama con esperanza. Cabe mencionar que esta no es una realidad exclusiva de Manresa.

La importancia de la reinserción social

La historia de Verónica es un recordatorio de la necesidad de fortalecer los programas de reinserción para personas que han cumplido condena. Garantizar una segunda oportunidad es clave para construir una sociedad más justa, donde nadie quede relegado a la marginalidad. Verónica es el ejemplo vivo de que, con apoyo y oportunidades, el cambio es posible. Para ayudarla, comunicarse al teléfono 0034 631756868

Datos de personas en situación de abandono

El sinhogarismo ha aumentado en España. Así lo reflejan los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que señalan que la media diaria de personas sin hogar acogidas por los servicios sociales se elevó de las 17.772 atendidas en 2020 hasta las 21.684 personas en 2022, un 22% más. De esa cifra, 7.105 eran mujeres.