En la madrugada del pasado domingo, el 112 recibía la denuncia de un vecino de la barriada Arcos Quebrados por molestias de ruidos causadas supuestamente por una fiesta en un local.

En el lugar se presentó una dotación de policía local que, al bajarse los policías del vehículo se cerraron las puertas del establecimiento imposibilitándoles el acceso al interior. Por ello, llamaron en reiteradas ocasiones sin que nadie abriese o contestase.

Los agentes observaron por una de las ventanas del establecimiento situado en la zona inferior se observa una gran cantidad de personas, sobre 20 o 30, en su mayoría -sin uso de la mascarilla- abandonaron las instalaciones dándose a la fuga por la azotea y la cocina, no siendo posible su interceptación.

Los policías dieron conocimiento a las personas del interior de la presencia policial y ordenaron que se les abriese la puerta, advirtiendo de las posibles consecuencias penales de la desobediencia a las órdenes legales dictadas por los agentes, por lo cual accedieron a abrir la puerta de dicho establecimiento. Una vez, que a los policías le franquearon el paso al interior del local, todavía permanecían en el mismo alrededor de unas 30 personas las cuales celebraban una boda.

El responsable del evento, reconoció que carecía de la autorización correspondiente que emite la Consejería de Sanidad y aparte desconocía las medidas sanitarias, por lo que se procedió a levantar acta de denuncia, con la cual la Policía Local trasladará el informe a la Consejería de Sanidad al objeto de la apertura del correspondiente expediente sancionador.

Por otro lado, los agentes intentan localizar al propietario del establecimiento que ha permitido la celebración, careciendo de las correspondientes licencias, pero ha sido nulo ante la falta de colaboración de los asistentes.