Donald Trump ha ganado las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024, imponiéndose a Kamala Harris, quien asumió la candidatura demócrata tras el retiro de Joe Biden en julio. Con más de 270 votos electorales, Trump regresa a la Casa Blanca, cuatro años después de su derrota ante Biden en 2020. Su triunfo estuvo asegurado por su victoria en estados clave como Pensilvania y Wisconsin, que fueron determinantes en la contienda.

Trump logró un regreso triunfal a la Casa Blanca tras superar a Harris, quien fue la candidata demócrata luego de la salida de Biden en julio. La campaña de Trump se centró en captar el apoyo de las comunidades afectadas económicamente, especialmente en el Medio Oeste, lo que le permitió imponerse en estados clave como Pensilvania y Wisconsin.

Este triunfo ha fortalecido la posición de Trump dentro del Partido Republicano, que también ha recuperado el control del Senado. Esta victoria no solo facilita la implementación de sus políticas durante su segundo mandato, sino que también acelera las confirmaciones de jueces y otros funcionarios clave en su administración.

El resultado también tiene implicaciones en la política exterior de Estados Unidos, donde se espera un cambio en el enfoque hacia Ucrania y el Medio Oriente. En cuanto a Ucrania, Trump ha señalado su intención de reducir el apoyo militar de Estados Unidos, sugiriendo que Europa debería asumir una mayor responsabilidad en la defensa frente a Rusia. Este enfoque contrasta con la postura de la administración Biden, que ha proporcionado un alto nivel de asistencia a Ucrania.

En relación con Israel, Trump ha reiterado su firme apoyo, destacando su decisión de reconocer Jerusalén como la capital de Israel durante su primer mandato. En su segundo mandato, es probable que intensifique su apoyo a Israel, especialmente en el contexto del conflicto en Gaza, y se mantenga crítico de las restricciones internacionales a Israel en su defensa contra grupos como Hamas.

Además, se prevé que Trump adopte una postura más combativa frente a Irán, alejándose de los acuerdos nucleares establecidos por la administración Biden y alineándose con aliados regionales como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

La victoria de Trump también refleja un regreso a la política de "América Primero", lo que implica una reorientación hacia una postura más aislacionista en cuanto a los conflictos internacionales. Trump buscaría reducir la implicación de Estados Unidos en conflictos fuera de su interés directo, como el de Ucrania, mientras mantiene un apoyo estratégico a sus aliados tradicionales, especialmente Israel.