Después de más de un año de devastación, con 46.000 palestinos muertos, millas de heridos y un número incalculable de vidas fracturadas, Israel y Hamás han firmado un alto el fuego. Mediado por Catar, Egipto y Estados Unidos, este acuerdo, que entra en vigor este domingo, 19 de enero , es mucho más que una pausa: es una oportunidad para salvar vidas y para imaginar, aunque sea brevemente, un futuro sin bombas.

Las claves del acuerdo

Un respiro humanitario que durante los próximos 42 días, se permitirá la entrada de ayuda humanitaria y combustible en Gaza, mientras se rehabilitan hospitales que han operado al borde del colapso.

Además de liberar rehenes y prisioneros, Hamás liberará a 33 rehenes israelíes, mientras Israel se compromete a excarcelar a un número no especificado de prisioneros palestinos. Este intercambio es solo el primer paso de un proceso que busca construir confianza.

Como tambien habrá una supervisión internacional que entre Catar, Egipto y Estados Unidos establecerán un equipo en El Cairo para monitorear la implementación del acuerdo y gestionar cualquier violación al pacto.

La tensión detrás de las palabras

Aunque Hamás celebró el acuerdo como un logro de la resistencia palestina y el presidente israelí, Isaac Herzog , lo calificó como un “reto sin precedentes” , ambos bandos enfrentan desafíos monumentales. Las tensiones internas en Israel, donde sectores ultraderechistas rechazan la tregua, y la presión constante sobre Gaza hacen que este alto el fuego sea frágil.

Un alto el fuego con antecedentes

Este es el segundo intento de tregua desde el inicio del conflicto en octubre de 2023. La primera, en noviembre del mismo año, permitió la liberación de rehenes y prisioneros, pero duramente apenas una semana. Ahora, el desafío radica en transformar esta pausa en un camino hacia una paz sostenible.

El secretario general de Ceuta Ya!, Mohamed Mustafa , expresó su satisfacción por el alto el fuego, destacando que representa un respiro necesario para el pueblo palestino:

“Hoy celebramos que podamos dormir sin el miedo a perecer bajo las bombas de un Estado racista. Es un derecho básico que nunca debió ser arrebatado” .

Sin embargo, Mustafa subrayó que esta tregua no debe interpretarse como el final de la lucha por la justicia:

“Mañana debemos retomar con fuerza nuestra denuncia contra la ocupación, el apartheid y la limpieza étnica que sufre Palestina. No podemos permitir que esta pausa nos haga olvidar las décadas de violencia y opresión”.

El diputado hizo un llamado directo a la comunidad internacional, y en particular a España, para asumir un papel más firme en la defensa de los derechos humanos:

“Es hora de que nuestro país rompa relaciones con un Gobierno que perpetúa estas atrocidades. No se puede ser cómplice pasivo ante un sistema que condena a todo un pueblo al sufrimiento”.

Mustafa finalizó recordando la importancia de exigir responsabilidad a los culpables:

“Los responsables de este genocidio continuo deben rendir cuentas ante la Justicia Internacional. Hasta que eso suceda, no habrá verdadera paz” .

Un desafío compartido

Aunque el acuerdo es un paso adelante, su éxito dependerá de la capacidad de las partes y los mediadores para superar las tensiones y construir una estabilidad que durante décadas ha sido esquiva para Gaza y su pueblo.