En K4 500, los palistas: el leridano, Saúl Craviotto, el betanceiro (Coruña), Carlos Arévalo, el “mallorquín”, Marcus Cooper y el cangués (Pontevedra), Rodrigo Germade, no defraudaron. Tercer podium que corona al piragüismo español como el deporte con mas medallas, por detrás de la vela

Arévalo ya había advertido que, “lo solucionamos”, refiriéndose darle al deporte español una alegría con una presea, la cual no han podido conseguir en las semifinales.

Y así fue, se trajeron la plata para España. La cual no pudo ser oro, porque el equipo alemán logro imponerse en los últimos metros haciendo un crono de 1:22.219, mientras que España marcó un tiempo de 1:22.445.

Por cierto, Saúl Craviotto empata en medallas con el canoista gallego, David Cal: 2 oros, 2 platas y 1 bronce, del que alabó diciendo:

“Un deportista absolutamente excepcional y un ejemplo del que el piragüismo se siente muy orgulloso”.

Marcus Cooper, de madre alemana y padre inglés, nacido en Oxford y criado en Mallorca, sumo esta medalla a la de Rio en 2016, en K1, y dijo que, “es una plata que sabe a oro”, puesto que la diferencia fue mínima. También resalto que, “los increíbles alemanes, se lo merecen”.

El gallego aludió a los entrenamientos en tiempo de pandemia y confinamiento puesto que, en España al principio fue muy dura y contaba que, “tuvimos que intentar sacar entrenamientos en casa como pudimos”.

En C1 1.000, los canoistas, Tano García y Pablo Martínez, que lograron diploma en C2 1.000 metros, no consiguieron clasificarse para la final tras pelear en la repesca, cayendo en cuartos.

Tano García lucho por la segunda plaza contra el ucraniano Yurii Vandiuk, el cual lo sobrepaso llegando a meta. Por otra parte, Pablo no pudo con los tres primeros, ni con el cuarto, clasificándose en quinta posición.