La Infantería ceutí celebró su patrona en una mañana no tan dura como el 1585 de Empel
Amanece un día lluvioso y con viento de poniente, del que se esperan rachas fuertes. Lo normal en esta época del año. A estas horas, ya no tan temprano, los infantes estarán en sus acuartelamientos preparándose para los actos de celebración de la Inmaculada, la patrona de la Infantería española.
Esta mañana festiva no van a estar con su familia; mujer, hijos, padres y hermanos van a ser sustituidos por un acto de reafirmación de compañerismo. Porque esta mañana, formados en el patio de armas, van a reafirmar una vez más su hermandad como infantes, todos soldados independientemente de la divisa que lleve en la hombrera. Después vendrá la celebración festiva, donde se unirán las familias y allegados, pero antes sentirán ese aliento que ha traspasado los siglos y que saben que, llegados los momentos difíciles a los que se puede enfrentar un soldado, les hará superar juntos las peores adversidades. Y lo van a notar hoy, precisamente en un día lluvioso y con viento de poniente, pero no tan duro como aquella mañana en Empel.
No los envidio, cada uno tiene su tiempo y yo tuve el mío, los admiro. Feliz Patrona, soldados de Infantería de ayer y de hoy. Así, lo deja claro un buen regular, Enrique Ávila.
Hemos querido empezar este articulo con otras tintas que se salga de lo tradicional, del erre que erre de las crónicas de los actos cuarteleros.
Pero algo también tenemos que celebrar, es que el pasado jueves 30 de noviembre, han llegado a buen puerto, la segunda y última rotación del contingente de la Comandancia General de Ceuta desplegado en Iraq, la mayoría regulares y legionarios, tras finalizar su misión al frente de su jefe, el comandante legionario Sergio Villaescusa, nos ha explicado de la eficacia de la preparación realizada para este tipo de misiones previa a una instrucción y adiestramiento en los campos de maniobras y tiro de Córdoba y Almería, y también del contacto y apoyo recibido por las familias.
El acuartelamiento González Tablas, como anfitrión este año Regulares, el Comandante General de Ceuta Marcos Llago, ha presidido la conmemoración de la patrona del Arma de Infantería, Servicio de Estado Mayor y de los Cuerpos Jurídico, Eclesiástico, Veterinaria, Farmacia y Oficinas Militares.
El acto comenzó rindiendo honores al COMGE, el cual paso revista a la fuerza. En la secuencia de los mismos, se procedió a la lectura de la efeméride de la Batalla de Empel (1585), donde las tropas del Viejo Tercio de Zamora, donde en condiciones muy adversas derroto a los Estados Generales de los Países Bajos. El Milagro de Empel, fue anunciado por el Maestre de Campo Bobadilla, la aparición de una tabla flamenca con la imagen de la Virgen María, se consideró como protección divina, lo que insto a los españoles a luchar. Desde ese día la Inmaculada Concepción es proclamada como la Patrona de los Tercios de Flandes e Italia y en 1892 la reina María Cristina la declara Patrona de la Infantería española.
Finalizada la lectura de la Batalla o Milagro de Embel, -como es conocida la gesta- se continuo con la imposición de condecoraciones. Tras la alocución del coronel, se rindió honores a los que dieron su vida por España. Finalizado este, se entonó el Himno de Infantería. Una vez dislocadas las unidades para el desfile y finalizado este, el general de división, Marcos Llago, despidió a los cuadros de mando participantes en el mismo, de seguido ‘rompió filas’ con los jefes de las unidades, centros y organismos de la plaza, y personal militar asistente al acto que presidia. A la celebración asistieron autoridades civiles y militares y de otras instituciones. Entre ellas el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas y el delegado de Defensa Rafael García.
Loa “A pie y sin dinero”
Vamos a cerrar ese artículo con una frase de la loa “A pie y sin dinero”, del escritor gallego ya fallecido y soldado de Infantería don Camilo José Cela.
"Quien no haya sido soldado de Infantería quizás ignore que cuando el hombre se cansa, aún le faltan muchas horas y muchas leguas para cansarse. Porque el secreto de la Infantería -nosotros estamos hablando, naturalmente, de la Infantería española, la de las cornetas en el cuello de la guerrera- es el de sacar fuerzas de la flaqueza y hacer de las tripas corazón. Que nunca más noble destino tuvieron ni nada mejor pudieron servir".