Día Internacional de las Bibliotecas
Pasado, presente y futuro de la Biblioteca Histórico Militar de Ceuta
Coronel Jesús Montero Jiménez, director de la Biblioteca Histórico Militar de Ceuta.
En el siglo XIX el famoso naturalista y científico británico Charles Darwin planteó la famosa teoría de la evolución de las especies causando en la sociedad de su época un tremendo revuelo. Sin embargo, dos siglos después, ni la ciencia ni la mayor parte de la sociedad cuestionan sus postulados, al menos como referencia general o como punto de partida contrario al “creacionismo”. Hoy, 24 de octubre de 2021, día Internacional de las Bibliotecas, el darwinismo nos parece un extraordinario marco de referencia, el hilo conductor, aunque pueda parecer extraño, para hablar del pasado, del presente y del futuro de la Biblioteca Histórico Militar de Ceuta.
Uno de los principales puntos de la citada teoría de Darwin planteaba que cada organismo vivo desciende de una población ancestral. Utilizando este símil nos hacemos una pregunta: ¿Cuál fue el antepasado o los antepasados de la Biblioteca Histórico Militar de Ceuta? El responder a esta pregunta no es fácil, como tampoco fue fácil para Darwin conocer el origen de muchas especies. La dificultad de nuestra respuesta podría estar condicionada por la larga y compleja historia de Ceuta, aunque lo cierto es que, nuestra vida, la de la biblioteca, es muchísimo más corta. Como comprenderán nuestros lectores, no procedemos de los primeros y numerosos pobladores de la ciudad, es decir, fenicios, cartagineses, romanos, visigodos, bizantinos, omeyas, almorávides, almohades, portugueses…. pero sí podemos afirmar que nuestra génesis se remonta a la Ceuta española de comienzos del siglo XVIII.
Y así fue. En aquel siglo de las Luces empezó a florecer en España y en otros países de la vieja Europa, abrumados por el espíritu de la modernidad, el desarrollo científico y técnico de sus ejércitos. Un claro ejemplo de ello será la creación, en 1720, de la Real y Militar Academia de Matemáticas de Barcelona, cuya finalidad residía en formar a los ingenieros militares. Una sección de esta Academia se ubicaría también en Ceuta, destinada, especialmente, a la formación de aquellos ingenieros que contribuirían a mejorar las fortificaciones de la plaza; una sección que debía contar con sus propios fondos bibliográficos, pues de ella conservamos, en nuestra sede, un ejemplar que sirvió de libro de texto a sus alumnos: “Principios de fortificación” del Ingeniero y Mariscal de Campo Pedro de Lucuze y Ponce, editado en 1772. La prueba tangible, sin duda, que demuestra que en esas fechas ya existía en Ceuta la primera, o las primeras, bibliotecas militares.
El siglo XVIII, por tanto, será el momento en el que se empiecen a formar y conformar los fondos bibliográficos que nutren hoy nuestra sede, correspondientes a la biblioteca de los ingenieros militares y, probablemente, a los de otra arma técnica existente: la Artillería, cuerpo en el que se concentraban también muchísimos intelectuales y científicos, aquellos que dominaban las técnicas de tiro, la fabricación y el uso de explosivos, así como la fabricación de piezas y municiones, entre otras ramas del saber.
La constatación de la existencia de estas dos bibliotecas primigenias asociadas a Artillería e Ingenieros se encuentra en que la mayoría de los fondos antiguos (anteriores al año 1901) de nuestra colección son obras publicadas entre el siglo XVIII y XIX, y provienen, tal y como indican los sellos que se conservan entre las páginas de las obras legadas, del Parque de Artillería de Ceuta y de la Comandancia Exenta de Ingenieros de la misma ciudad, dos antiguas e importantísimas unidades que, aunque actualmente no existen por haberse transformado en otros cuerpos u organismos, aglutinaron cientos de obras y publicaciones especializadas gracias a su inicial y constante esfuerzo por servir de referencia intelectual y técnica al Ejército.
Encontrados nuestros primeros “ancestros”, no podemos olvidarnos de otras unidades que han ido configurando el “organismo vivo” que somos hoy. Entre ellas podemos destacar, por su continuidad en el tiempo, la biblioteca de la Comandancia General de Ceuta, así como la de otras unidades u organismos que conformaron y conforman la guarnición de la plaza, por ejemplo, la biblioteca del Centro Cultural Militar, ubicada en el Casino Militar, uno de los principales centros de ocio y cultura ceutí de los años 20 y 30 del siglo XX. Los sellos y las dedicatorias insertas en las páginas de los libros son la prueba tangible de ello, de nuestro legado.
Pero aún hay más, otra variable añadida, producto de la historia de España, que hará de nuestra biblioteca un centro especializado, no solo en el ámbito militar, sino también en el “africano”: el factor decisivo que alterará considerablemente nuestra “evolución” y nuestra “genética” será 1912. Como todos imaginarán, ese momento clave será la aparición del Protectorado Español en Marruecos. En su capital, ubicada en la cercana ciudad de Tetuán, durante cuarenta y cinco años hasta la llegada de la independencia de Marruecos el dos de marzo de 1956, irá creciendo una extraordinaria biblioteca que aglutinará el conocimiento de aquella intensa página de nuestra historia. Un periodo que experimentaría tanto intensas campañas bélicas (hasta 1927) como una posterior y prolífera etapa de pacificación y de consolidación de las bases para un nuevo y moderno estado. Está biblioteca recibió varias denominaciones durante su existencia: Biblioteca del Estado Mayor de Tetuán, Biblioteca Regional del Ejército de Marruecos…, pero su permanencia en aquella ciudad finalizará con el repliegue del Ejército tras la independencia de Marruecos. En aquel momento sus fondos serán trasladados a la ciudad de Ceuta junto con otros existentes también en otras sedes ubicadas en las principales ciudades de la zona occidental del protectorado (Arcila, Larache, Alcazarquivir…). El resultado final de este proceso fue la obtención de una magnífica colección de fondos bibliográficos hispano-marroquíes, producto de aquel protectorado que cristalizará en la que se denominaría en un primer momento Biblioteca Militar del Ejército en el Norte de África y, posteriormente, en 1967, Biblioteca Militar de Ceuta.
Desde entonces nuestra biblioteca con su “genética” histórico militar e hispano-africana ya consolidada ha ido cambiando de ubicación: cuartel del Revellín, antiguo Gobierno Militar… y, desde 1993 (donde casi todos la hemos conocido), en la calle Cervantes. Durante esta década también empieza a formar parte y a dirigirse desde el Centro de Historia y Cultura Militar de Ceuta, organismo que se encarga de la administración, conservación, investigación y divulgación del patrimonio militar de la ciudad. Y, por último, desde el año pasado y con el objetivo de mejorar nuestro servicio, hemos cambiado nuestra ubicación, desplazándonos hacia el Establecimiento de La Marina, su antigua sede (paseo de La Marina Española nº 12, la instalación conocida por los ceutíes como el antiguo Gobierno Militar), donde nos encontramos a disposición de los usuarios.
Pero no olvidemos aún a nuestro “querido amigo” Darwin ni a su teoría de la evolución de las especies, aquella en la que también proclamaría que los organismos que sobreviven y se perpetúan son los que mejor se adaptan a su medio. Esta premisa, con permiso del autor, es la que ha servido al equipo que conformamos actualmente para plantearnos no solo que nuestro patrimonio bibliográfico es extraordinario, sino que debemos seguir mejorándolo. ¿Cómo? Más allá de ampliar los fondos especializados (militares e hispano-africanos) y generales, debemos adaptarnos al medio en el que nos ha tocado sobrevivir: el siglo XXI, el siglo de la tecnología y la digitalización, aquel en el que internet se ha convertido en la biblioteca de consulta de casi la totalidad de la población en cualquier lugar del planeta.
En este sentido, nuestra biblioteca ha hecho grandes esfuerzos en su adaptación: la catalogación del cien por cien de sus fondos mediante la aplicación ABSYSNET, que permite la búsqueda de cualquier obra de nuestra sucursal o de otras bibliotecas pertenecientes a la Red de Defensa desde la página web www.bibliodef.es. Esta herramienta permite también la consulta y descarga de las publicaciones y otros materiales (mapas topográficos, revistas, fotografías…) digitalizados en la web de la Biblioteca Virtual de Defensa (www.bibliotecavirtualdefensa.es), así como en otras plataformas civiles. Paralelamente, se ha mejorado la catalogación existente mediante la agrupación de los textos por materias; y, más que eso, se han acondicionado las estanterías y salas de exposición de los fondos, recientemente habilitados en el establecimiento de La Marina, lo que permite al usuario hacer rápidas consultas de textos de la temática que le interese en un ambiente funcional y acogedor.
En todo caso, creemos que nos queda aún mucho por hacer, sobre todo en relación a la difusión de la propia Biblioteca y de sus fondos especializados que conforman un diamante en bruto aún para la sociedad ceutí y para el ámbito académico. Para ello tenemos previsto realizar diferentes actividades: publicaciones en prensa y en revistas académicas de las colecciones o de parte de ellas, una campaña de difusión al público en general mediante correos electrónicos (ya iniciada) y redes sociales, así como seguir dándonos a conocer a las entidades educativas de la ciudad y ponernos a su disposición para cualquier tipo de colaboración. Y, por último, cómo no, continuar con el plan de adquisiciones de nuevas publicaciones para que sigamos siendo una biblioteca de referencia sobre la presencia española en el norte de África y sobre la presencia e historia militar española y ceutí.
En definitiva, en este análisis retrospectivo e introspectivo que trae a colación el pasado, el presente y el futuro de esta sede, podemos concluir que nuestra querida Biblioteca Histórico Militar de Ceuta sigue siendo “un organismo vivo”, un organismo con muchas energías para seguir adaptándose a los nuevos cambios que se presenten. Por ello animamos a los ceutíes y a todos los investigadores o interesados a que nos visiten y comprueben nuestro significativo legado, pero, sobre todo, nuestra vitalidad como centro cultural e histórico-patrimonial de la ciudad.
Para cualquier consulta puede hacerlo a través de nuestro correo electrónico ([email protected]) o al teléfono 856 20 11 58.