Nayat, Teresa e Ibtissam, tres mujeres opacitadas por Asuntos Sociales
8M, independientemente del estado en qué lleguemos dónde está el artículo 47 de la Constitución para muchas mujeres. Sororidad contra la opresión patriarcal. Servicios sociales que actúan de espaldas a esa sororidad.
Las mujeres, a pesar de habernos incorporado al trabajo asalariado desde hace años, aún somos las que cargamos con la responsabilidad del trabajo doméstico y los cuidados en la gran mayoría de los hogares: las que nos ocupamos de las hijas, hijos y mayores, de los quehaceres del hogar, de la comida, la colada, la compra, etc. Todas estas son tareas que se llevan a cabo en el ámbito de la vivienda y por eso, para nosotras, es un requisito imprescindible contar con una, para construirnos un entorno seguro y de apoyo, para poder desarrollarnos intelectual, social y vitalmente. Sin embargo, este requisito es cada vez más inalcanzable en el actual modelo económico y social. Si cuando tienes un empleo y unos ingresos mínimos nos cuesta hacer frente a los altos precios del alquiler cuando no tenemos ningún ingreso, se imposibilita.
Existe una desigualdad de género preocupante en la protección al derecho a una vivienda digna y a los suministros básicos. Un 40 % de los desahucios son sobre mujeres solas o viviendas monoparentales y un 36 % sobre parejas con hijos.
Este 8M me sobran razones para tomar las calles, este 8M quiero visibilizar la lucha de tres mujeres, tres luchadoras, madres de familia, mujeres diversas, con historias diferentes pero que luchan, juntas y unidas por una causa común, que el viernes día 13 de marzo, no se vean durmiendo en la calle con sus familias y se le conceda el derecho a la vivienda digna.
Mujeres que fueron sometidas a un desahucio, abandonadas a su suerte por el Sr Vivas y los incompetentes que le rodean. Mujeres que han sido utilizadas por formaciones políticas y luego se desentendieron de ellas. Mujeres que han sido invisibilizadas, vulneradas y discriminadas por la Consejería de Asuntos Sociales, mediante trabajadoras sociales que carecen de moral, empatía y asertividad, cada vez que han alzado su voz reclamando y exigiendo unos derechos sociales que la constitución les concede y esta ciudad les arrebata.
A estas tres madres de familia tras haber sido desahuciadas, se les concede una alternativa habitacional y parece ser que a la Ciudad le está costando mucho dinero el hostal donde se “hospedan” estas familias, dónde llevan meses sin poder tomarse un vaso de leche caliente, a base de bocadillos y sin tener un mínimo de intimidad, familias que poco a poco se están desestructurando. No sé si al Sr Vivas le dolió igual soltar los millones de euros que despilfarró en la Gran Vía. Lo que está claro es que, si en algún momento percibes algún tipo de ayuda social, tienes que estar agradecido de por vida a la Ciudad porque te dicen claramente que no tienen una varita mágica y cuando se trata de acatar derechos recogidos en la Constitución, para ellos, viene a ser hacerte favores y darte caridad. Así que, confórmate con migajas, cállate la boca, entiéndase que, no debes hacer eco a través de los medios, resígnate y búscate un alquiler en Castillejos por 200 euros. Si, es que lo queréis todo gratis, irse a Marruecos que total, son muchas las familias que entran todas las mañanas para llevar a sus hijos a las escuelas, no os vais a morir. La Ciudad no puede hacer más, habéis agotado el máximo de ayudas.
¿Qué hacen estas madres de familia ante la desesperación, la nefasta gestión del gobierno de la Ciudad y la pasividad y abandono por parte de Asuntos Sociales?
Como decía con anterioridad, son historias diversas, Nayat tiene dos hijas menores de edad, un esposo con cáncer de pulmón, con un 80% de discapacidad que le imposibilita trabajar. Con unos ingresos mínimos desde hace poco de un mes, una prestación no contributiva.
Teresa, mujer que ha enfrentado a la vida retando a la muerte en numerosas ocasiones. Recién trasplantada de médula, con dos hijos y unos ingresos mínimos por discapacidad. Y tenemos a Ibtissam, con tres hijos menores a su cargo, la mayor en estado crítico y sin ningún ingreso, sobreviviendo.
Este 8M, lleva el nombre de tres maravillosas mujeres y seguro que el de muchísimas más que sufren este problema en silencio, Nayat, Teresa e Ibtissam.
Tres mujeres que no están solas ni lo estarán porque a pesar de que hasta ahora todas las asociaciones de índole social y feminista de esta ciudad les haya dado la espalda, una triste realidad, estamos convencidas de que el tsunami feminista de este domingo hará cambiar esta dinámica. "Sola y borracha quiero llegar a casa". Fundamental ¡a casa! Esa casa que desde la Asamblea niegan a estas tres mujeres, que no olvidemos representan a tres familias con hijos e hijas menores a su cargo. Nosotras ahí estaremos una vez más para intentar darles voz, solucionar el problema y en el peor de los casos, salir a las calles a exigir y a gritar, alto y tendido que en esta ciudad no se puede seguir vulnerando el derecho a una vivienda digna.
Mujeres valientes, vuestra lucha es la mía y la de todas. Este 8M es muy importante que nos organicemos colectivamente para visibilizar los obstáculos que nos impiden tener un hogar y para exigir alquileres sostenibles y sociales. Es necesario que mañana ocupemos las calles para garantizar una vivienda digna, para exigir que las VPO dejen de ser un negocio y se conviertan en un derecho real, para pedir a las instituciones que nos proporcionen datos sobre la situación de las VPO, la existencia de algunas casas vacías, en definitiva información que en ningún momento quieren facilitar.
El género nuevamente es un factor a tener muy en cuenta en esta problemática, y que la ausencia de una casa o el hecho de que esta no sea habitable, nos afecta un poco más a nosotras.