Creo que de treinta años para abajo pocos y si acaso algunos, conocerán a este grupo musical valenciano nacido en la playa del Saler en 1980, “Los Inhumanos”. Jóvenes estudiantes universitarios, tuneros, descarados e irreverentes, unos golfos del escenario, llevan “35 años de fiesta con la túnica puesta”, con sus canciones que en sus comienzos eran el Credo de la calle. Todo esto viene a que su sonido era tan malo que, el público los conocía por “Los Inhumanos”, de ahí viene su nombre como el que le voy a poner a los que hoy por hoy, han conseguido con sus bramidos negacionistas saltarse las restricciones, convertidos en unos auténticos antisistema y por encima van de populistas, los cuales nos han sesgado la poca libertad que nos deja el coronavirus, el máximo aliado de esta “Chusma selecta”. Estos son los verdaderos inhumanos. Los primeros no eran idiotas, pero los segundos sí, por ello este articulo va contra la idiotez.

Hay colectivos que se moscan cuando nos referimos en general a ellos, y claman que no hay que criminalizarlos o no se debe, ciertamente su pequeña parte de razón llevan, pero es tan pequeña que es difícil de apreciar, pero no seré yo quien lo haga, de esto ya se encargó el Instituto de Cine de Canarias y el de Madrid de visionarlo a los cuatro vientos, ¿Por qué será? PD: aceptamos juventud por la que marca las esquelas.

Días atrás en televisión una descerebrada de 21 años (no daré el nombre por respeto a su padre), quiso hacerse influencer pandemista tertuliana en varios medios. Susana Griso en su programa le diagnosticó: diarrea mental y falta de formación. En el interview de Joaquín Prat, también tuvo sus minutos de desfachateces. En ambos medios escupió su parafraseado particular: “salgo de fiesta todos los fines y no llevo mascarilla (…) Los políticos están jugando con nuestras libertades”. Esta inconsciente en su erre que erre, me trasladaba a la conclusión de se tenía que divertir y no la entendíamos, ¡Claro, si ahora digo y después Diego! Esta antisistema que dice “no somos marionetas del poder (…) Quiero vivir la vida”, no me pone un apartamento en Santa Catalina, porque yo con mi edad, disfrutando de una merecida jubilación, que por derecho me la he ganado, sí quiero vivir la vida y los únicos que han jugado con mi libertad, fueron, el GRAPO, la ETA, el 23F, la dictadura y ahora los inhumanos.

Pena de padre, todo un señor, que tuvo que salir a los medios a pedir perdón por su hija por sentir vergüenza ajena, -lo que le honra- de lo que esa “endemoniada o poseída” del coronavirus vomitaba por esa boca. Y, todavía la señora culpaba a los navegantes de que la estaban masacrando en las redes. Pero este es un ejemplo, de los muchos que conocemos todos. No se dan cuenta estas cabezas que no les entra ni la sal, que están hundiendo la economía por el cerrojazo de la actividad no esencial. Pero estos desgraciados, en fin, analizándolo lo son, muchos viven de la sopa boba de los padres, o de lo que le suelta sus abuelitos, ¡eso sí!, sino se los han cargado todavía como refleja el video que rula por las redes.

Ahora que por fin estamos consiguiendo la igualdad, -no soy feminista, ayudo al feminismo, porque la antigua sociedad ya me etiqueto al nacer con unos privilegios que no tenía la mujer- que buena falta hacia una temporadilla de aquella mili, donde hay comentarios para todos los gustos. La mayoría de los jubiletas de hoy cuando tenemos ese rato de xuntanza que nos sabe a gloria, con nuestros amigos ayudando a la hostelería por las mañanas, solemos hablar de este tema, y las palabras más repetidas de lo que se aprendió en las “Historias de la puta mili” son: el compañerismo y los valores. Valores es una asignatura de instituto, pero el compañerismo hay que mamarlo para crearlo.

Todo esto pasa, porque tenemos unos gobiernos en España débiles. Los gobiernos demócratas “no paran” pandemias, y son los únicos que tropiezan dos veces en la misma piedra, eso lo saben y de ello se aprovechan, tomando las calles declarando su estado de rebeldía los inhumanos, en ocasiones azuzados por diferentes colores políticos, sembrando la anarquía total, para lograr desestabilizar una democracia o crearle una moción de censura a un gobierno.

Cuando se gobierna y se decreta, -a sabiendas que no todos te bailan el agua- no seas débil, aplica las medidas con contundencia, antes de implementarlas ten la picardía de alimentarte escuchando las opiniones de la oposición, que te valdrán para recabar alguna propuesta o para saber por dónde te van a dar cuando las pongas en vigor. Pero fracasaras si intentas quedar bien con todos porque van a ser tan variopintas y partidistas que solo podrás conjuntar medidas de media tinta. ¡Ojo!, no quiero decir con esto que quiera un gobierno de majarones. Pero que sepáis que los gobiernos débiles son el pasto de los inhumanos.

Y, por otro lado, explicar bien lo decretado, me conformo con un nivel para tontos, para ver si nos enteramos, porque orden y contraorden igual a desorden y de ello se nutren los inhumanos

Ya no voy a entrar en otro tipo de infracciones por incumplir las medias restrictivas, pero me pregunto, ¿cómo puede haber en el mes de octubre 73 denuncias en Ceuta por desobediencia a la autoridad? De todo lo hablado, la insurgencia callejera, la desobediencia civil…, sabéis como se arregla esto con los inhumanos, con el ‘Tío la vara’. Como se nota que esta especie no vivió la policía represiva conocida como los Grises, los cuales te recetaban por prescripción del régimen, jarabe de palo. Que sabrán estos inhumanos que es la libertad, bien lo explicaba el grupo Jarcha:

 <<Dicen los viejos que hacemos, lo que nos da la gana y no es posible que así pueda haber Gobierno que gobierne nada>>

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