La escisión cada vez más cerca

Las últimas declaraciones vertidas por la secretaría general del Partido Popular de Ceuta muestran ausencia total de empatía respecto a las reivindicaciones de un sector cada vez más numeroso de la militancia popular. La dirigente territorial no solo critica duramente a quien ha señalado en los últimos meses las debilidades de la formación liberal, sino que también le ha acusado de desconocer el contenido del documento que establece los derechos y obligaciones de todos los afiliados, así como las normas que rigen la formación. Los Estatutos del Partido Popular, aprobados en el XVIII Congreso Popular celebrado en el mes de febrero del 2017, en la Ciudad de Madrid, además de incorporar los conceptos de honradez e idoneidad para todos los cargos tanto orgánicos como públicos, enumeran de manera clara y sencilla el funcionamiento interno a todos los niveles.

Los Estatutos del Partido Popular establecen explícitamente que los congresos ordinarios, sea cual sea su ámbito territorial de competencia, se celebrarán cada cuatro años, y su convocatoria corresponderá a la junta directiva de la organización territorial sobre la que el Congreso extienda su competencia. Es cierto que en todos los casos deberán ser ratificados por el Comité Ejecutivo Nacional del Partido, pero siempre la prerrogativa corresponderá a la dirección territorial. ¿Cómo es posible que la secretaria general de los populares ceutíes afirme que corresponde a Madrid decidir a partir de cuándo? A este respecto es de especial importancia recordar a mis compañeros de partido que el último Congreso Ordinario del Partido Popular de Ceuta fue el 25 de marzo de 2017, es decir, han transcurrido ya cinco años.

La mayoría de las direcciones provinciales y algunas autonómicas han celebrado sus respectivos congresos ordinarios dando la oportunidad a sus afiliados de elegir a sus dirigentes. ¿Por qué la Junta Directiva del Partido Popular de Ceuta no ha convocado aún su Congreso ordinario? Tendrán algo que ver las declaraciones vertidas por su secretaria general, hay una norma dentro del partido en la que se establece que:

“Si hay elecciones cerca, no hay congresos, y todo el mundo debe quedarse quieto. Esperaremos a que pasen las elecciones andaluzas, aunque en ese caso ya estarán cerca las Generales y, quizá, también se decida posponerlo”.

Lo cierto es que las elecciones andaluzas aún no están convocadas, y las generales corresponde celebrarlas en noviembre de 2023.

En cualquier caso, una de las competencias de la secretaria general es velar por la plena vigencia de la democracia partidaria haciendo prevalecer la voluntad de las bases expresada a través de sus decisiones mayoritarias y no criticar por tanto a quien se postula legítimamente para devolver la ilusión no solo a nuestro electorado tradicional, sino también a quienes abandonaron desilusionados la gran familia popular. Porque ni podemos ni debemos olvidar la pérdida de apoyos en los últimos años a favor de nuestros rivales políticos, lo que ha significado la pérdida no solo de la mayoría absoluta en la Asamblea, sino también de dos de los tres parlamentarios nacionales. En definitiva, la acritud exhibida por la dirigente popular en sus últimas declaraciones está más cerca de provocar una escisión irreconciliable entre las filas populares, que de dar solución a los problemas existentes.

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