Esta reunión de alto nivel con el país vecino trata de fomentar la comunicación mutua de ambos países, pero tal reunión no tiene ninguna doctrina de ser ni de ámbito jurídico ni doctrinal sino más bien, persigue el objetivo de dotar de institucionalización a la reunión bilateral entre ambos.

Me gustaría afirmar que estas relaciones de buena vecindad tienen indicios a corto plazo de incertidumbre debido a los posibles cambios en el Gobierno español, así como los contextos mediterráneo, norteafricano, europeo e internacional.

En cuanto al contexto internacional observamos el impacto hispano-marroquí, por otro lado, no habrá que perder de vista el conflicto en Ucrania, las sanciones a Rusia, la crisis de Siria o la posible reactivación de la crisis de los refugiados.

Es digno de estudio el desplante por parte del monarca Mohamed VI, el cual prefirió seguir disfrutando de unas supuestas vacaciones en Gabón antes que recibir a Pedro Sánchez. En un comunicado se dijo que ambos mandatarios tuvieron una conversación telefónica de aproximadamente una hora. Yo personalmente opino que este acto fue un desaire y una humillación más por parte de Marruecos.

Es algo curioso hablar de relaciones bilaterales con el desplante recibido por Mohamed VI en un momento clave para ambos países. ¿Por qué esta nueva humillación de última hora? Interés en cerrar la crisis bilateral más grave de las últimas décadas, no ha mostrado ninguno.

Esta situación me preocupa muchísimo como ceutí, aunque quieran vender a bombo y platillo que esta reunión de alto nivel fue un éxito, están pero que muy equivocados, de hecho, en materia de seguridad, no se llegó a ningún acuerdo interesante para nuestro país, es más, quién nos asegura que Marruecos no volverá a invadir Ceuta. Es evidente que España está sometida a los caprichos de nuestro vecino y abre y cierra el grifo cuando se le antoja.

Dentro de los acuerdos que firmaron estaba el de no ofenderse, pero entonces cómo llamamos a este desplante. Los políticos ceutíes tienen que tener claro que Ceuta nunca estará tranquila debido a que nuestro país vecino ha visto un buen filón y es el de la inmigración. Cada vez que quiera mirará para otro lado y volverá de nuevo a dar paso a que miles de personas desesperadas quieran entrar por doquier por nuestras costas dando lugar al caos.