La política en un punto sin retorno
Alguien ha vendido su alma al diablo, sobre todo, cuando ha traicionado sus principios o traspasó la línea de lo ético y lo moral para conseguir lo que de otra forma no hubiera podido lograr. Esto es lo que muchos piensan del actual presidente en funciones Pedro Sánchez Pérez Castejón, esta situación dicen muchos que es para conseguir sus objetivos y de esta forma justificar los medios que ha dispuesto a pagar para alcanzar su meta de gobernar.
A veces, las personas se comportan como una manada de borregos por el simple hecho de tener una ideología política. Los llamados dirigentes, hacen que gran parte de la ciudadanía se muevan a su antojo y hago esta reflexión al plantearme cuántas amnistías ha habido en nuestro país y si no me equivoco, han sido cuatro, una de ellas, la Ley de Amnistía de 1977 y las otras tres restantes equivalen a amnistías fiscales.
Quisiera dejar claro que no estoy a favor de esta aclamada amnistía, pero tampoco veo con buenos ojos que una protesta pacífica contra la misma, culminara con una auténtica batalla campal en las puertas de la sede del PSOE de Madrid, extendiéndose a su vez al Congreso de los Diputados. Unos hechos deleznables, sobre todo la imagen de un agente rodeado de humo y con su cuerpo ardiendo, tras el impacto de una bengala que un descerebrado le arrojó durante una carga policial.
Está claro que un partido político como el PP no puede ni debe permitir que estos actos se vuelvan a repetir, haciendo que la ciudadanía les haga el trabajo sucio de manifestarse para ellos sacar rédito para su propio interés, que no es otro que el de querer gobernar cueste lo que cueste.
Habría que refrescarles la memoria, cuando en aquella primavera de 2012 nuestra deuda con Europa estaba fundiendo el núcleo de nuestra economía, se estaba debatiendo la prima de riesgo y qué hacer con los ahorros de muchas personas si volvía la peseta. Llegó el rescate el 9 de junio de ese mismo año, pero no fue un rescate para salvar la economía española en conjunto, sino para salvar al sector bancario, pero entonces nadie se manifestó. Esto nos llevaría al punto sin retorno donde esta nuestra economía, una deuda que lo único que hace es pagar intereses. Esto es lo que consiguió el PP, que no se nos olvide.
Esto es un suma y sigue entre los años 1996 y 1999, el primer Gobierno popular accedió al traslado de casi dos centenares de etarras a Euskadi, facilitando el regreso de los huidos y mejorar su grado penitenciario. Por ello, el que esté libre de culpa que tire la primera piedra. Si a los del Partido Popular les parece que esto es una auténtica línea roja en términos democráticos, no se entiende el por qué no han ofrecido ellos esos siete votos para constituir un nuevo Gobierno. Yo lo tengo muy claro. Pues porque no les interesa, quieren el poder, aunque para conseguirlo tengan que mentir a la sociedad para que se tiren a la calle.
“Juré nunca mantenerme en silencio cuando las personas soportasen sufrimiento y humillación. La neutralidad ayuda al agresor, nunca a la víctima”.