El debate
No soy de ningún partido a día de hoy ni de ningún color ni bandera. Yo soy del partido de la verdad, siempre lo voy a ser. Defenderé la inocencia y su presunción hasta que no se demuestre lo contrario. Nunca he entendido a esos que por tener ideales contrarios machacan hasta hundir. Esa mierda de filosofía no va conmigo. Soy justo y para seguir creyendo en la justicia, esta debe ser justa.
Y es que en la vida en general y en la política en particular se palpa la poca humanidad, el egocentrismo, la maldad, la envidia y la falta de empatía. Se trepa por encima del que sea, todo da igual con tal de conseguir el propósito. Los políticos se han deshumanizado, no son cercanos, están a años luz de la gente de la calle.
Hoy estaban invitados varios tertulianos en la SER y uno de ellos decía que en las redes sociales se opinaba mucho sobre el tema que está de plena actualidad y que en política no bastaba con dar abracitos. Esto es el colmo, porque el actual presidente de la ciudad, aparte de hacer eso cuando se acercan las elecciones, no sé qué otra cosa más, hace después de veinte años en el mismo cargo, la ciudad habla por sí sola. La gente anónima tiene el mismo derecho que este tertuliano a opinar lo que le dé la gana, faltaría más. Dejemos que la gente se exprese como quiera, sin faltar al respeto, por supuesto, pero la libertad debe prevalecer porque para eso vivimos en un estado con libertad de expresión.
Por otro lado, solo decir a todos aquellos que han hablado mal, criticado y sentenciado sin haber pruebas que así lo demostrasen, que pedir perdón les hará grandes, además si lo hacen corren el riesgo de convertirse en mejor persona de lo que son ahora.
Si ahora preocupa la vida de los menores y su bienestar, ¿por qué cuando había hacinamiento en el centro y se caía a pedazos nadie intervino? ¿Por qué cuando el centro que se financia con dinero público, carecía de la correspondiente licencia de actividad? Desconozco si a día de hoy la tiene. Hecho que denunció el anterior líder de la Coalición Caballa.
Ahora, todos dándose golpes en el pecho con que debe prevalecer la protección de los MENA. Siempre, repito siempre debería haber sido así, pero cuando se denunció todo esto, solo recibimos silencio administrativo. No se pueden hacer políticas instrumentalizando a estos jóvenes, ni a otros, jamás.