Todos saben a quién me refiero y si bien normalmente no hay que responder a las pataletas infantiles de una sujeta resentida con el sexo opuesto, no queda más remedio que escribir cuando se superan las líneas rojas del insulto y la difamación.

Sin deseos de explayarme en exceso por la pérdida de tiempo que ello supone, desgranaré brevemente algunos de los comentarios que esta individua plasma en su último artículo en la prensa local. Acusa a VOX de tratar a los inmigrantes como animales, de odiar a las mujeres sometiéndolas a un estado de sumisión y menciona entre otras cosas la vergüenza que siente hacia quienes se sienten identificados con el ideario del partido de Abascal. Delirios enrabietados de quien pretende influir en la opinión pública con calumnias y tergiversaciones de la más baja calaña.

Lejos de lo que esta persona pretende aparentar, quien fomenta que se trate a los inmigrantes ilegales como animales es gente como ella, que legitima el actual tránsito orquestado por las mafias cuando defiende que aceptemos en territorio español a quienes llegan sin control por esta vía. VOX al contrario de lo que la izquierda más radical pretende dar a entender, defiende una inmigración legal, regulada y justa con base en las necesidades nacionales, con la que se dañarían profundamente las prácticas inhumanas de quienes sacan beneficio del tráfico de personas.

Cuando en el mencionado artículo sugiere que VOX “odia a las mujeres” falta el respeto a dirigentes del partido como Rocío Monasterio, Alicia Rubio o Mazaly Aguilar así como a tantísimas mujeres que forman parte del proyecto siendo afiliadas, simpatizantes o votantes. Acusación barriobajera carente de argumentos.

VOX defiende que hombres y mujeres deben ser iguales ante la ley, por ello defiende la derogación de una Ley de Violencia de Género que elimina la presunción de inocencia sobre el hombre por el mero hecho de serlo, para sustituirla por una Ley de Violencia Intrafamiliar que proteja con más contundencia ante cualquier tipo de violencia (provenga de quien provenga) y sin discriminación por razón de sexo. No resulta coherente atacar en este sentido al único partido que defiende la prisión permanente (cadena perpetua, sin la coletilla de revisable) para violadores y otros criminales.

Añade la tal Cantero, la vergüenza que siente de quienes han votado a VOX por convencimiento con su programa, síntoma de una completa falta de adaptación a la sociedad democrática y a la libertad de ideas.

Detrás de las acusaciones de misoginia, se entrevé una misandria acentuada desde la caída del adonis Carracao que desemboca en una inhabilitación para la actividad política patente en Daoiz. Con tanto odio acumulado, debe ser muy duro ver desde la unipersonalidad de Búscome, cómo entre los doce diputados de VOX en Andalucía hay mujeres que sí que luchan por la igualdad real de derechos.

En VOX no promovemos el enfrentamiento entre sexos, todos estamos en el mismo bando, en el de las personas de bien.