Vivir con una familia es el mejor regalo que en estas fechas navideñas pueden recibir muchas niñas y niños andaluces. Es lo que más les gustaría a más de dos mil niñas, niños y adolescentes que hoy residen en centros de acogida en Andalucía y esperan una familia.

La Fundación Márgenes y Vínculos hace un llamamiento urgente a la sociedad andaluza para que satisfaga esa aspiración o deseo de tantas niñas y niños. Quien quiera colaborar puede informarse en la web Acogimiento.es.

La Navidad, ya se sabe, supone una mezcla de todo esto: familia, reuniones, regalos..., mezclado con algo de ternura y un tono de melancolía infantil, pero la vida real, sin embargo, apenas cambia. Sus alegrías, sus dolores o sus injusticias siguen ahí. Lo deseable, es que vivan con una familia de acogida.

Una bebé recién nacida fue rescatada de un contenedor de basura de Los Palacios, en Sevilla. La pequeña fue hospitalizada pero su vida ya no corre peligro. La Junta de Andalucía puso en marcha las medidas necesarias para su acogimiento inmediato y su guarda y tutela.

Esas cifras siguen creciendo y se hace más necesario que aumente también el número de familias andaluzas que se convierten en acogedoras.

Es difícil de conseguir que personas adultas tomen la decisión de acoger en su hogar a una nueva personita para, protegerlas, educarlas y procurarles el bienestar y la seguridad que toda niña o niño necesitan.

Acogimiento.es, proyecto de Márgenes y Vínculos que, trata de llegar a esas familias que se lo están pensando, que dudan si convertirse o no en acogedoras. Los mensajes de la campaña van dirigidos, de un modo especial, a estas familias potenciales acogedoras.

María Jesús Fernández Deudero, directora de acogimiento en Márgenes y Vínculos, recuerda que el primer programa de acogimiento que se puso en marcha en Andalucía lo llevó a cabo la fundación en 1996 con el proyecto piloto Familias canguro.

Las familias de acogida, mantienen el contacto con sus familias biológicas, si es legalmente posible, y que, llegada su mayoría de edad, deciden cómo continuar su vida.

La prueba del éxito de este trabajo lo resume así Deudero:

“Cada vez son más los jóvenes extutelados, que vivieron con familias de acogida, los que ahora participan activamente en la promoción del acogimiento y sus beneficios y ponen como ejemplo sus propias experiencias de vida. Ésta es la mejor de las respuestas”.