Comisiones Obreras de Ceuta condena el apedreamiento a un autobús en la noche del 18 en la barriada del Príncipe. Este ataque se produce días después de la retirada de la seguridad de la línea de autobuses.

La empresa municipal se ha visto obligada a tomar medidas, y desde la tarde del 19 a las 18:00 horas, se retoma el itinerario exterior, es decir, que los autobuses no recorrerán el interior de la barriada.

Este apedreamiento no es un hecho aislado, sino que ya son innumerables los que han sufrido autobuses y otros servicios públicos. Desde la FSC-CCOO piden el fin de la violencia contra los servicios públicos. En esta ocasión no ha habido que lamentar heridos, pero estos actos deben cesar para no lamentar consecuencias más graves.

El sindicato exige a la Administración que garantice la seguridad tanto de conductores como de personas usuarias. Al mismo tiempo que:

“Mostramos todo nuestro apoyo a la plantilla de AMGEVICESA que presta este servicio que sufre, de manera continuada, estos actos de vandalismo”.

Ceuta Ya!, en contra de recortar el servicio

AMGEVICESA, ha anunciado que, volverá a cercenar el derecho de los vecinos del Príncipe al transporte público con motivo del apedreamiento sufrido.

Para Ceuta Ya!, que no entre el autobús por la barriada, sigue siendo "ilegal y discriminatorio". Por ello, la formación exige que:

"Se respete el itinerario, sin recortes de ningún tipo y sin vulneración de los derechos de quienes viven en el Príncipe y necesitan diariamente de un servicio básico como el transporte urbano".

En opinión de Mohamed Mustafa, garantizar la seguridad de los trabajadores no puede pasar por "aplicar un castigo colectivo a toda una barriada", algo que el secretario general, califica de "disparate". Mustafa pone un ejemplo irónico:

"Si mañana se suspendiera el servicio de autobús en el Centro porque alguien ha tirado una piedra en la calle Independencia, todos y todas nos llevaríamos las manos a la cabeza".

Para el diputado, la municipalización tendría que ir acompañada de un "cambio de mentalidad". Finaliza Mustafa:

"Una empresa pública no puede funcionar así, la Ciudad tiene la obligación de garantizar los servicios básicos. Hay que aplicar las medidas correctoras necesarias para garantizar unas condiciones óptimas de trabajo, pero no se puede dejar a cientos de personas sin transporte de manera tan alegre".