No sé si fue peor el año que se fue o el modelito de Cristina Pedroche, la cual está exenta de culpa de como vistan a la santa esos camareros que, “se proclaman diseñadores”. Me he quedado pasmado y atónito, cuan dice que el vestido es del difunto Pedro del Hierro, del que me vestí durante muchos años, pues hoy es una marca que dejo a Carmen March en 2012. No pongo en duda el trabajo de pedrería, de un vestido con más de 350 horas de trabajo y 16.308 piedras. Pero para superar el nórdico te voy a enseñar la almohada.

Pedroche muy “ilusionada”, con su modelito -porque es lo que toca- ha transmitido un mensaje a través de él diciendo: “Quiero llevar luz a todas las casas y es un homenaje a las mascarillas”.

Al diseñador le recomendamos que se ilustre en un catálogo de bodys o, sino que hable con Mariana Seoane y le pregunte donde se los hace ella. No sé de diseño y seré víctima de las críticas, pero sí entiendo de elegancia y todavía no he perdido el buen gusto, la extravagancia no acepta mi tarjeta.

El recogido del cabello no hace falta ser muy espabilado, para saber de dónde se ilumino el creador y basó su idea, aunque he de reconocer que, es lo único que se salva del atuendo, ¡os doy una pista musical! “Con las bombas que tiran los fanfarrones, se hacen las gaditanas tirabuzones”.

Por cierto, antes de que se me olvide, el primer chiste del año no fue tan malo, decía así: “¿Porque el 59 siempre está de pie?, porque después, se senta”

Pedroche: “Quiero llevar luz a todas las casas y es un homenaje a las mascarillas”.

Bueno aquí lo dejo y si llego allá veré lo que depara para el año que viene.