Se halla un ánfora Beltrán en el fondo del litoral de la costa ceutí
En unas de las inmersiones preventivas que lleva a cabo el GEAS de la Guardia Civil de Ceuta, en el litoral de esta Ciudad, observaron un ánfora semienterrada entre escombros y fango, retirando algunas piezas que la cubren para comprobar el estado de la misma e intentar su catalogación.
La parte visible del ánfora se encuentra aparentemente en perfecto estado, colonizada por diferentes organismos marinos. Tiene sobre un metro de largo por 0,40 de ancho. La boca carece de tapón, por lo que su interior está lleno de conchas piedras y fango. Los labios o bordes de la boca están al descubierto no apreciándose daños. Posee las dos asas unidas a cuello y cuerpo. En la base se observa un pequeño desprendimiento de la punta.
Finalizada la inmersión se procede a marcar la zona para trasmitir el hallazgo a la Consejería de Cultura de la Ciudad, concretamente al arqueólogo de la misma. Los expertos de la Consejería, determinan extraer o no una pieza arqueológica, porque ICOMOS, señala que primero, la conservación “in situ”, pero en este caso, se aconseja su extracción para evitar que pudiera ser expoliada o sufriera cualquier otro tipo de daño.
El GEAS, recuperó el ánfora con la máxima precaución y precisión posible, pues una mala praxis podría hacer que el ánfora se rompiera por el efecto ventosa que produce el fango al intentar moverla sin que estuviese completamente liberada del fondo.
En su ascenso arroja por la boca restos de fango, piedras y conchas, lo que, facilitó el izado a bordo al reducir su peso, apreciándose como la base en su punta está rota y comunica con el interior. Una vez en la embarcación, se trasladó para ser depositada en una pileta de agua dulce a la espera de la llegada del arqueólogo y técnicos.
El arqueólogo, determinó que se trataba de un ánfora tipo Beltrán IIA. Este tipo anfórico de la segunda mitad del siglo I d.C., se conocen alfares que producían estas ánforas en todo el litoral andaluz, especialmente en la comarca gaditana.
La pieza, ha sido trasladada al museo de Ceuta donde se le realizan tratamientos preventivos y ha sido ingresada en las colecciones del museo para su conservación e investigación en octubre, contándose con la colaboración del equipo del catedrático de Arqueología de la Universidad de Cádiz, Darío Bernal Casasola.