Las asociaciones militares han calificado de “dramática y denigrante” la situación de los militares ignorados por el Gobierno tras el reconocimiento salarial a policías y guardias civiles, siendo Defensa el principal responsable de no defender a su personal, mas después de recibir los últimos incrementos que, “han sido tan irrisorios agravando la situación de las nóminas militares”.

El reconocimiento a los hombres y mujeres militares, utilizados como último recurso en toda crisis, los “aplausos, medallas y alabanzas, no se admiten como medio de pago de las necesidades familiares”, asegura las asociaciones.

Retribuciones proporcionales

Las asociaciones: ASFASPRO, AUME y ATME, piden retribuciones justas proporcionales al valor del trabajo desarrollado. El sueldo del soldado es tan bajo –añaden- que el próximo aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) puede dejarle por debajo. Guardias, trabajo a turnos, nocturnidad, extensión de horarios, peligrosidad, continua preparación técnica, disponibilidad permanente y la movilidad geográfica, para estas asociaciones, “requieren una retribución justa en equidad con otros cuerpos del Estado”.

Dicen estas asociaciones estar más que, “hartas del ninguneo al que son sometidas en sus justas reivindicaciones”, las mismas se han trasladado a las ministras de Defensa y de Hacienda en un intento de reconducir un dialogo respetuoso con la justicia retributiva solicitada”.

Lo solicitado, un incremento de 300 millones de euros en el Complemento Específico, de manera que cada militar, con independencia de su graduación, vea mensualmente amentado en 60 euros el componente general y en 100 euros el singular de dicho complemento, o sea 160 euros. Homologación salarial pendiente, reclamada por el Congreso y Senado desde 2018.

ASFASPRO, AUME y ATME lamentan que en vista la evolución de los contactos mantenidos hasta el momento con las autoridades ministeriales en materia salarial, y ante la previsible falta de respuesta adecuada, las asociaciones profesionales están dispuestas a trasladar en octubre sus reivindicaciones a la calle: justicia retributiva y carrera profesional digna.