Ceuta: La Infantería celebra su patrona, la Inmaculada Concepción
El coronel, afirmo que tenía el honor de mandar las dos unidades mas emblemáticas de las fuerzas armadas, descendientes de la Infantería más gloriosa y valiente: los Tercios Viejos.
Esta mañana, no tan fría como la de Empel, en el acuartelamiento González Tablas, como anfitrión Regulares, el Comandante General de Ceuta interino, José María Castaño Fernández, ha presidido la conmemoración de la patrona del Arma de Infantería, Servicio de Estado Mayor y de los Cuerpos Jurídico, Eclesiástico, Veterinaria, Farmacia y Oficinas Militares.
El coronel, José María Moro, afirmo que tenía el honor de mandar una unidad compuesta por dos de las más emblemáticas de nuestras fuerzas armadas y descendientes de la Infantería más gloriosa y valiente que nunca jamás haya existido, la de los Tercios Viejos.
Moro, tiró un poco de las efemérides y recordó sobre estas unidades, el socorro dado a Melilla, bajo una situación desesperada tras los sucesos de Annual. También hablo del “Repliegue de Xauen”, donde legionarios y regulares, protegieron juntos la retaguardia, durante el avance de las columnas hacia la llamada “Línea Estella”.
“Estos han combatido casi siempre juntos, pidiendo siempre, combatir en extrema vanguardia, como verdaderos hermanos de sangre, no abandonado jamás a un hombre en el campo de batalla, aunque perecieran todos, haciendo gala de los espíritus de marcha, sufrimiento y dureza, rindiendo culto al honor, al valor, a la cortesía, a la patria y al rey. Han cumplido su deber, obedeciendo hasta morir, pues ese es el mayor honor que nos puede acontecer en el combate, lo que ha convertido a nuestras banderas en las más gloriosas, porque están teñidas con la sangre de sus Legionarios y Regulares”.
“Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos”.
Vamos a cerrar ese artículo con una frase de la loa “A pie y sin dinero”, del escritor gallego ya fallecido y soldado de Infantería don Camilo José Cela.
"Quien no haya sido soldado de Infantería quizás ignore que cuando el hombre se cansa, aún le faltan muchas horas y muchas leguas para cansarse. Porque el secreto de la Infantería -nosotros estamos hablando, naturalmente, de la Infantería española, la de las cornetas en el cuello de la guerrera- es el de sacar fuerzas de la flaqueza y hacer de las tripas corazón. Que nunca más noble destino tuvieron ni nada mejor pudieron servir".