Lo de VOX ya no es cuestión de inhumanidad, sino de ignorancia
Lo que se vivió en el pleno de aprobación inicial de los presupuestos fue una auténtica vergüenza, no únicamente por el complot misógino y xenófobo del Gobierno de la Ciudad con Vox, sino por la permisividad mantenida de “algunas” personas hacia quien echaba espuma por la boca cada vez que decía la palabra socialista o progresista.
El portavoz de Vox no únicamente llamó crimínales y volvió a mentir sobre la política de pactos del PSOE a nivel nacional, sino que se congratuló de querer eliminar las partidas del Consejo de la Juventud únicamente porque, según él, quienes promueven sus acciones son “comunistas”. Para que me entendáis, una persecución política en toda regla.
A Vox le escuece las entidades que trabajan con la inmigración, con las personas desfavorecidas y con las mujeres, pero más le duele si quienes trabajan en estos ámbitos son “rojos”. El discurso que dio Vox el lunes fue para enmarcar dentro de las intervenciones más incendiarias y mezquinas de los últimos años.
La ética de la política del Gobierno ha desaparecido. O existe una prostitución política por mantenerse en el sillón, o jamás se creyeron aquello que han estado trasmitiendo estos años acerca de la convivencia, la interculturalidad y la lucha contra la violencia de género.
Chiringuitos de género, dicen. Llaman chiringuitos de género a entidades que promueven los valores de igualdad y buscan el fin del patriarcado. Entidades que forman en coeducación y atienden a mujeres en exclusión social y maltratadas. Asociaciones que deben presentar sus memorias y que están perfectamente fiscalizadas por intervención, como cualquier otra que recibe dinero público.
Pero las otras dan igual.
Y no únicamente la Ciudad se rindió a la supresión de estos fondos, sino que se mantuvo inerte cuando, desde el atril, Vox afirmó que iba a enmendar más partidas del área de la mujer o que no iban e existe más seminarios como el de igualdad de género celebrado recientemente. Y digo yo, ¿mintió Javier Guerrero en la inauguración de dicho seminario, el Consejero, cuando afirmó que iba a poner todo su empeño en la lucha contra el machismo? Posiblemente sí.
Vivimos en una farsa.
¿Por qué?
Porque con este recorte que pretende hacer Vox no se subsana la economía de Ceuta, por la sencilla razón de que estas partidas son mínimas en comparación con otras subvenciones o asignaciones. De lo que se trata es de aniquilar por ideología, por inhumanidad y por poder patriarcal.
Eso sí, la responsabilidad en exclusiva no es de Vox. La responsabilidad mayor la tiene Vivas al no darse cuenta, o no querer entender, que negar la violencia de género y, por tanto, desmentir que exista una posición desigual entre el hombre y la mujer, es mantener esa posición y reforzar al maltratador, el cual se siente inmune. A Vivas se le ha olvidado el Pacto Nacional contra el terrorismo machista.
Y no es que esta Ciudad haya abanderado las políticas de igualdad, puesto que puedo detallar la inacción de todos estos años, pero al menos mantenía la decencia moral de defenderlas.
Y no quiero acabar sin mostrar todo mi apoyo a Enfermos Sin Fronteras y a Cardijn. Anular las ayudas que reciben ya no es cuestión únicamente de crueldad, sino de ignorancia.
Y lo que queda por venir.