Confianza en un Estado fuerte para que solidariamente superemos la crisis
La democracia acelera su movilización ante la gravedad del crecimiento de la pandemia. Sabemos que en la semana anterior se adoptaron medidas sanitarias y económicas que culminaron con la declaración del Estado de Alarma. La gran dimensión económica que conlleva la crisis sanitaria requiere también del pilar fundamental de la democracia, el Estado. Se necesita su fortaleza para apoyar las relevantes necesidades económicas que provoca esta crisis.
Es necesaria la unidad y colaboración de todos para conseguir en el ámbito sanitario parar al virus, doblegar la curva de los afectados, lograr un saldo positivo de las altas, y que los contagios caigan en picado para vislumbrar la victoria. Junto a lo anterior, la ciencia será fundamental para conseguir una vacuna, sin olvidar que toda la ciudadanía va a colaborar y apoyar el ingente trabajo de los profesionales sanitarios.
El Estado mantendrá la altura también para encontrar salidas a los graves problemas derivados de la crisis económica, que incidirá en el tejido social y económico de nuestro país. En este ámbito se trata de frenar la caída de la producción, del empleo, sostener la liquidez de las empresas, reconducir la fiscalidad y abordar las necesidades sociales, especialmente de los colectivos más vulnerables.
RECURSOS Y MEDIDAS DEL ESTADO
En estos momentos es cuando se necesita que el Estado actúe con contundencia y solidaridad en la búsqueda de soluciones. Ante el reto que se nos presenta y su intensidad, el presidente del Gobierno manifiesta que el Estado movilizará la mayor aportación de nuestra historia democrática: 200.000 millones de euros. De ellos, 117.000 serán públicos y el resto de recursos privados, que serán empleados en el desarrollo de cuatro grandes áreas.
En primer lugar, se contempla el apoyo a las familias en situación vulnerable. Se van a liberar 600 millones para prestaciones básicas sociales y se protegerán el suministro de agua, luz y gas, así como el uso de telecomunicaciones. Nadie perderá su vivienda ni será desahuciado, pues se considera la demora en el pago de hipotecas.
El segundo aspecto afecta a las medidas para el empleo. Pretende que una crisis temporal no repercuta negativamente en los trabajadores, con decisiones tales como: adaptación de la jornada para la conciliación; utilizar el teletrabajo como medida de flexibilización; ajustar que los ERTES beneficien a todos los trabajadores; contemplar el derecho a prestación por desempleo…
En tercer lugar, se considera el apoyo a los autónomos y empresarios. Los autónomos tendrán derecho a prestación por cese de actividad, y se exonerará al empresario de sus pagos a la Seguridad Social en el caso de los ERTES. El Estado proporcionará al tejido empresarial toda la liquidez que necesite. Se va a crear una línea de avales por valor de 100.000 millones de euros, que permitirá movilizará hasta 150.000 millones. También se pondrán a disposición 2000 millones de euros para las empresas exportadoras. Respecto a la digitalización y el teletrabajo el empresariado recibirá el apoyo estatal.
Por último, se plantea el compromiso en el refuerzo a la investigación científica para el desarrollo de una vacuna, con una dotación de 30 millones de euros.
EL RESPALDO DE LA UNIÓN EUROPEA
Nunca hemos de olvidar el respaldo de la Unión Europea y la exigencia que debemos tener todos con ella. Tal como ha manifestado el presidente del Consejo Europeo, se adoptarán todas las medidas junto con los Estados miembros, para que se implementen los planes económicos de revitalización de la economía. A su vez, el Banco Central Europeo tiene en su programa el compromiso con la defensa de la deuda pública. Es necesario que contundentemente se apoyen las decisiones económicas para abordar la crisis, tal como hizo Mario Draghi para defender el euro.
LA IMPORTANCIA DE LA SOLIDARIDAD
En todo el contexto que envuelve a esta crisis todas las medidas llevan en su envoltura la palabra solidaridad. A nivel sanitario, económico y social todos estamos en el mismo bando, nadie debe estar enfrente del otro, es imprescindible la colaboración, la coordinación y la unión de todos. De ese modo se puede vencer al virus y a la crisis económica, donde todos nos necesitamos.
Es importante mantener siempre la calma, pues esta situación va a poner también a prueba nuestra resistencia y nuestra fortaleza. Esa resistencia tiene que ir unida a nuestra generosidad, con plena confianza en el Estado, pues de ese modo nos será más fácil llegar al final de la crisis y poder disponernos para la inmediata recuperación. En la filosofía de todo el proceso algo muy claro tiene el Gobierno y que no deja de repetir: “No se va a dejar a nadie atrás”.