Vodevil, tragedia mediterránea y Esopo
O porque la UE no cumple su Carta de Derechos Fundamentales y no lo hará
La tragedia es un género literario y teatral que nació a las orillas del Mediterráneo. Su origen, la antigua Grecia. Grosso modo existen dos tipos de tragedias las dramáticas en las que el o los protagonistas son víctimas de un destino cruel e inevitable y las de sublimación en las que se consigue vencer al sanguinario destino gracias a las notables virtudes del héroe. El tiempo nos dirá a cuál de las dos estamos asistiendo en la UE.
Ayer se levantó el telón por video conferencia. El Eurogrupo o lo que es lo mismo los ministros de Finanzas y Economía de la eurozona subían a escena para terminar el último acto de la tragedia dirigida por Alemania.
En el anterior acto unos bien mandados Países Bajos expusieron unos términos de máximos para ellos, y algunos más, y de mínimos para los países del sur de Europa. Alemania ya tenía la situación donde quería. Llegábamos al clímax de la obra. La confrontación norte-sur sin posibilidad de solución.
Los alemanes van a utilizar la famosa defensa holandesa con celada incluida para vencer a los países del sur. Aunque seamos sinceros, parece que éstos tenían las ideas muy claras y querían realmente lo que Alemania les ofrecía. Indiquemos para los neófitos en ajedrez que la defensa holandesa es una de las defensas más agresivas que existen en este juego soliendo otorgar rápida ventaja a las negras cuando comenzamos moviendo el peón de la dama a la casilla 4. (1.d4)
Con la posición de los Países Bajos Alemania ya tenía la partida de ajedrez donde deseaba y la tragedia teatral también.
Tras unas primeras impresiones de mantenimiento de posiciones los Países Bajos van distendiendo la situación y Alemania poniendo algo más de euros sobre la mesa.
Los países del sur apoyados por Francia parecen encantados y más a tenor de las declaraciones posteriores de los responsables ministeriales de las carteras de economía y finanzas de algunos países.
Alemania también sale feliz de la reunión y los Países Bajos con una alegría contenida.
Baja el telón y todos contentos. Se ha dado un gran ejemplo de negociación. Todos han ganado.
¿Todos?
Todos no, en la tragedia había varios actores secundarios que no han ganado por más que nos lo quieran vender desde los Ministerios de Finanzas y Economía de la UE. Esos actores secundarios son los pueblos, la gente, de los estados miembros del sur de Europa. Ellos han recibido lo que Alemania y los Países del norte estaban dispuestos a ofrecer desde un primer momento. Nada más. Ante una crisis de estas características lo mínimo que podía ofrecer la UE es lo que ha ofrecido, pues sigue manteniendo las políticas neoliberales de siempre. La UE es plenamente conocedora de que no podía repetir las mismas iniciativas que con la crisis del 2008 y, sin embargo, los resultados finales de las acciones decididas hoy día no abren la puerta a creer que la UE piense cambiar sus paradigmas conductuales. Que van tan en contra de su Carta de Derechos Fundamentales.
Sesudos economistas me dirán que ayer fue un día histórico, el renacer de la Unión Europea, se ha logrado un acuerdo para desbloquear más de 500.000 millones de euros para hacer frente al coronavirus.
La respuesta inmediata es la siguiente, si bien es muy cierto que, con lo acaecido en la reunión, tanto España como el resto de aliados se encontrarían en disposición de poder reactivar sus respectivas economías no es menos cierto que el documento consensuado, alude a la posibilidad de lanzar “instrumentos financieros innovadores”, sin concretar cuáles. Esto marca la relevancia de la más que posible derrota de los pueblos europeos del sur, como ya ocurriera en la última década, pues no es garantía alguna de avance hacia la mutualización de la deuda, eurobonos, sino más bien de desvío de la atención y ganar tiempo para continuar con la senda económica y la agenda marcada desde el norte de Europa. Más de lo mismo.
Corremos los ciudadanos europeos el peligro de ver como a medio plazo la tragedia que he descrito aquí se convierta en un vodevil donde los de siempre vuelvan a disfrutar de su estatus y sin que las sociedades europeas hayan conseguido aprender nada porque no se nos permita.
Para concluir me gustaría recordarles la fábula de Esopo
“El lobo y el cordero”
“Había una vez un lobo que vio a un cordero en la orilla de un río y quiso comérselo ofreciendo un pretexto simple pero verosímil. A pesar de estar río arriba, le acusó de no dejarle beber al revolver el agua. El cordero contestó que al estar el lobo río arriba y el más abajo no era posible que así fuera.
Al ver el fracaso, el lobo acusó al cordero de haber insultado a sus padres el año anterior, a lo que el cordero contestó que hacía un año el aún no había nacido. El lobo dijo entonces que, aunque el cordero se justificaba muy bien, no le dejaría ir y no iba a dejar de comérselo”.
La moraleja bien podría ser que quien tiene poder sobre ti y capacidad de ejercerlo no dudará en hacerlo, aunque te cause un mal. ¿Por qué? Porque puede, y en el caso de la UE ,además, se le permite.
En cuanto a lo expuesto por mí en este artículo solo decir que,
“Uno se debe deleitar con los errores propios cuando consiguen el bien comunitario”
Soul Etspes