No resistiremos, ¡venceremos! III

Ford Ward

Hemos llegado al título de este artículo, “No resistiremos, ¡venceremos!”, pues el pueblo español lleva algo más de una década resistiendo. Etimológicamente resistir proviene del latín resistĕre ("detenerse"), quedar atrás. Sus acepciones más aceptadas son: 1. tr. Tolerar, aguantar o sufrir. 2. intr. Dicho de una persona o de un animal: pervivir. Como podemos comprobar los y las españolas llevamos años resistiendo. Resistiendo recortes, resistiendo austeridad, resistiendo corrupción, resistiendo negligencia, resistiendo políticas neoliberales, resistiendo el menoscabo de nuestros derechos y la destrucción del estado de bienestar, resistiendo que nos tomen por tontos..., resistiendo. Ha llegado ya la hora de vencer.

Etimológicamente vencer proviene del latín vincĕre, y este del protoindoeuropeo *weik-5. Con la idea de fuerza o energía, ganar, derrotar a un enemigo. Sus acepciones más aceptadas son: 1. tr. Sujetar, derrotar o rendir al enemigo. 2. tr. Superar las dificultades o estorbos, obrando contra ellos.

Es claro y notorio que necesitamos vencer al COVID-19 y a los politicuchos “del tres al cuarto” Solo tras la derrota del coronavirus podemos afrontar la lucha contra estos walking dead de la política, española e internacional, que intentarán llevarnos de nuevo a la casilla de salida. A SU casilla de salida, de SU juego, con SUS reglas y SUS trampas. Es decir, que volvamos a pagar la crisis los de siempre, y volvamos a hacer sacrificios, cada vez mayores, los de siempre y que sigamos, los de siempre, haciendo como si no nos enteramos y que debamos estarles agradecidos eternamente por dejarnos esclavizar por ellos, como siempre y los de siempre. Superemos las dificultades (esta grave crisis de salud que encierra una mega crisis de la concepción socioeconómica de lo que representa la vida en general y la vida en comunidad en particular) o estorbos (el sinfín de políticos de medio pelo al servicio de los mercados y sus señores a los que le han regalado todo o casi todo, siempre que sepan ser buenos siervos y ayudar y potenciar la sociedad esclavista que llevamos padeciendo, como mínimo, con la llegada a la escena mundial de Reagan y Thatcher), obrando contra ellos (con el nacimiento de una novedosa, antigua, filosofía vital. Respeto a la naturaleza y por consiguiente al hombre que forma parte de ella, equidad y redistribución justa de la riqueza, solidaridad, igualdad y derechos humanos). Ha llegado el tiempo de vencer y no de resistir. Un inciso antes de continuar, os imagináis ¿qué se puede hacer con una diezmilésima de euro, es decir, 0,0001 €? Pues esa sería la cantidad que correspondería en la actualidad a un cuarto. Moneda de cobre española acuñada entre los siglos XIV y XIX. Los comerciantes de aquellos tiempos también ofertas tipo gangas o rebajas. Una de ellas era comprar tres productos por un cuarto. Se podrá imaginar el lector o lectora la ínfima calidad de los bienes adquiridos por ese precio. Un ejemplo que acompaña perfectamente a lo expuesto es que mediados del siglo XVIII una pieza de pan venía a costar unos 7 cuartos. De aquí que la frase “del tres al cuarto” haya quedado como reflejo de algo insignificante o de muy escasa calidad.

Regresando al intento de cambio de paradigmas socioeconómicos la sanidad pública es fundamental como uno de los instrumentos para lograr tal fin. Para ello es necesario actuar inmediatamente con acciones como:

  • Aumentar la financiación pública, con carácter finalista, hasta el 7% del PIB.
  • Garantizar la cobertura universal a todas las personas que vivan en nuestro país.
  • Eliminar y que no vuelvan a existir ningún tipo de barreras económicas, copagos o similares.
  • Finalizar y acabar con las privatizaciones.
  • Complementando el punto anterior, recuperar los servicios públicos sanitarios en manos del sector privado.
  • Controlar y la racionalizar el gasto farmacéutico
  • Eliminar las desigualdades interterritoriales y aprobar el Plan Integrado de Salud previsto en la Ley General de Sanidad para marcar los objetivos de salud comunes a todas las Comunidades Autónomas.
  • Recuperar el empleo perdido en el sistema sanitario para permitir la utilización intensiva de todos los recursos de la Sanidad Pública.
  • En definitiva, un apoyo total y decidido a la Sanidad Pública como elemento imprescindible para conseguir una sociedad más justa, dotándola de todo cuanto sea necesario sin escatimar en nada.

Debemos ser muy conscientes de que la sociedad española puede y debe permitirse una sanidad pública que sea capaz de ayudarnos a todas a transformar nuestro entorno, ya no para resistir políticas neoliberales, sino para crear un futuro en el que hayamos cambiado las dinámicas de precarización y crisis permanente del sistema económico y social por un equilibrio armónico y sereno entre lo social y lo económico. Donde prevalezca la vertiente social y satisfaciendo las necesidades de la gente y respetando y potenciando el medioambiente. Para concluir estas reflexiones me gustaría citar los versos de un poema anónimo de alguien que sintió algo parecido a lo que podemos estar sintiendo hoy ante las dificultades y gravedad de la situación motivada por el COVID-19. Dice así: