A las personas no hay que presentarlas en sociedad, se presentan solas
En la vida, correr en busca de las cosas sólo puede ocasionar un tropiezo y probable caída. Envidio al primer ser humano que levantó la cabeza y quedó deslumbrado y sobrecogido a la vez que admirado ante la magnificencia y belleza del universo. Ese abrazo intenso y apasionado del primer hombre o mujer con la primera noche. De este primigenio encuentro nació sin dudas el sentimiento de existencia y la necesidad de transcendencia. La percepción de esa sensible inmensidad debió provocar un sentimiento de insondable insignificancia o absoluta finitud. ¿Cuántas veces en este modelo egocéntrico de la vida, impuesto sin que la mayoría de la gente se percate, podemos pararnos y observar nuestro rededor?
Unas goteras, ¡benditas goteras!, me han permitido conocer a una nueva gran amiga que siempre estuvo ahí. Porque las emociones y los sentimientos siempre están ahí. Porque la capacidad de asombro del ser humano siempre está ahí. Porque la capacidad de aprendizaje siempre está ahí. Disertando sobre los riesgos de mentalidades totalitarias y los socios, realmente cómplices, necesarios e imprescindibles para implementarlas y llevarlas a la práctica, me comentó que un amigo suyo decía que: “A las personas no hay que presentarlas en sociedad, se presentan solas”.
El señor Vivas se presentó en sociedad hace infinidad de años con un caso de transfuguismo, un tono bajo que se confundía con moderación y grandes palabras sobre la convivencia y lo mucho que le importaba Ceuta. Pero es ahora, en el ocaso de su vida política, cuando se está presentando realmente. Su puesta de largo para la crème de la crème de la sociedad ceutí, esa todopoderosa y sacrosanta parte reaccionaria y segregadora, ¡qué existe!, está teniendo un efecto devastador para su auto configurada y obedientemente publicitada imagen. ¡Ya nadie se la cree, señor Vivas! Y no le volveré a decir lo de su paso a la historia porque ya es historia y ni lo sabe. ¡Caducó! Pero no en la forma de “consumir aconsejablemente antes de …” ¡no, no! Caducó hace lustros, pero no se ha constatado, ABSOLUTAMENTE, hasta esta legislatura.
No dude nadie que de haber alguien de Podemos Ceuta en la Asamblea las cosas se harían de forma diferente. Un o una representante de Podemos obligaría, al menos, a cambiar las formas. No tememos al señor Vivas y sus, supuestos, entramados mediáticos y estructurales de control. No tememos decir lo que ellos no quieren oír. No tememos defender a cualquiera de las culturas presentes en Ceuta, ¡siempre!, y más ante ataques de totalitarios iracundos que actúan de una manera binaria. Se hacen las víctimas o ejecutan como verdugos. Aunque bien pensado, de una manera u otra, el resultado final es la segunda afirmación.
Un ejemplo: los medios de comunicación, algunos, ¡claro!, los que no le bailan el agua, son malos, muy malos y dicen cosas feas de ellos. ¡qué penita!, mas esas cosas son, supuestamente, sus propias voces y pensamientos verbalizados. Construyen un falso silogismo basado en “me dicen cosas feas, ¡qué malos!, ¡qué malos!, ¡pobrecito de mí!”, por lo que os denuncio, como medida de amedrentamiento tras previamente proferir un aviso o amenaza dependiendo del análisis que se haga. El objetivo final es, meridianamente claro y nítidamente anti democrático, acallar a la poca disidencia existente tanto en Ceuta, como en España. Y han pasado del papel de víctima al de verdugo. La transmutación de la vileza en ruindad.
Hay que resaltar que este tipo de actuaciones sólo tienen éxito desde dos visiones complementarias: el dogmatismo y el sectarismo. Lo que el lector debe saber es que, en realidad, cuando aparece esta dualidad viene acompañada de un céfiro hediondo, el fundamentalismo. Lo desarrollaré con un ejemplo que intentaré sea lo más sencillo y elocuente posible. Antes, para que nadie se lleve a engaño o intente hacer interpretaciones o extrapolaciones falaces y espurias, indicaré que el término fundamentalismo está referido a su concepción de “exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida”. Dicho esto, paso a la escenificación de lo expuesto, al ejemplo.
“Poseo la verdad absoluta” (Dogmatismo).
“Los fundamentos de mi verdad son incuestionables” (Fundamentalismo).
“Toda aquella información que difiera de mi verdad, por poco que lo haga, aunque sean matices, es falsa y representa un ataque personal” (Sectarismo).
Que se condensa tras pasar por la alambicada mente de Soul Etspes en ‘Hay que acabar con lo diferente’.
La democracia en su grandeza permite la irrupción de corpúsculos viciados que vienen como un virus a atacar al huésped para ocupar su propio espacio. La democracia en su concepción holística debería estar por encima de esta infección y ser capaz de combatirla hasta erradicarla o convivir con ella. Pero con una salvedad, la influencia de estos corpúsculos jamás debe dar lugar a la propagación de una epidemia que afecte a toda la sociedad. Si esto ocurre nos encontraríamos ante una pandemia letal en la que la infección acabaría con el huésped. En este caso con la democracia.
Los síntomas de que la infección se está extendiendo son en esencia dos. El primero, el silencio de los medios de comunicación para denunciar determinadas actuaciones y, sin embargo, enaltecer otras y el segundo, el fraccionamiento y clasificación de la sociedad provocando la ruptura de la convivencia. En Ceuta, señor Vivas, estamos a un paso de que se den ambas situaciones. ¿No le entra a usted nada por el cuerpo?
Cada día más, al verle a usted, señor Vivas, me viene a la cabeza la frase por excelencia de la película El sexto sentido, ‘En ocasiones veo muertos’ y la enmarco en el sentido de la película en sí misma, no con ninguna otra intención. Aunque creo, creo, que para usted la ideal es “en ocasiones veo Dunias”.
Nos dejó hace unos años Eduarno Galeano, su ideología, valores y pensamientos son inmortales. Nunca nos abandonarán. Reflexionó y nos hace reflexionar:
Las dictaduras locales, que dicen ser democracias, abren sus puertas al paso avasallante del mercado universal. En este mundo, reino de libres, todos somos uno. Pero ¿somos uno o somos ninguno? ¿Compradores o comprados? ¿Vendedores o vendidos? ¿Espías o espiados?
En nuestra ciudad es evidente que existen dos Ceutas, la que fue invitada a la puesta de largo del señor Vivas y la que sufre las consecuencias de esa puesta de largo. La de unos, compradores, vendedores y espiados, frente a la de, las y los sufridores.
En nuestra ciudad es evidente que existen dos Ceutas, la que fue descrita por Margaret Atwood en ‘El cuento de la criada’ y la narrada por George Orwell en “1984”.
El lector decidirá en última instancia (si Vox Ceuta no se siente atacado y me denuncia para que esto no se publique), si se encuentra ante, ¿sueño, pesadilla o realidad?
Como otras antes que yo reivindicaron, reivindico el derecho a soñar, y sueño con una Ceuta diferente que sea referente cultural con la convivencia por bandera en el mundo entero.
A las personas no hay que presentarlas en sociedad, se presentan solas.
(Lectura para una tarde de domingo, ¿cuándo todas las tardes serán de domingo?).