“Amor es lo que menos hay”

Fernando Calvo

Desde hace unos días un gran tipo y mejor periodista me decía que Sánchez se iba a “hacer un Rubiales”. A mí eso me parecía impensable por muy caradura que nos pueda parecer en ocasiones Sánchez. ERC lo tiene claro, defiende que el presidente “ha aprovechado el periodo electoral en Cataluña para llevar a cabo una exhibición mediática con el objetivo de desviar la atención de la campaña electoral”. Afirmando Pere Aragonès que la comparecencia es “una sobreactuación absolutamente desproporcionada” y “una comedia de cinco días” llegando incluso a arrojar la sombra de la sospecha sobre la honestidad de Pedro. ¡Pedro no te vayas! ¡Ah, que ya ha dicho que se queda! (esto lo escribo en homenaje a los aguerridos socialistas que fueron el sábado a Ferraz).

Por su parte Junts, por boca de su secretario general, Jordi Turull, crítica duramente el “tacticismo electoral” del enamorado presidente añadiendo que: “Es una grave irresponsabilidad utilizar las emociones sobre el sufrimiento que representa un acoso mediático indigno para hacer tacticismo electoral”.

ERC incluso ha llegado a solicitar a la Junta Electoral que se cancele la entrevista de Sánchez en TVE por “autopromoción”.

A algunos les podrá parecer que es torticera la forma en la que un tema personal, entendemos que el amor lo es, se convierte en “declaración institucional del presidente del Gobierno”. La decisión que ha tomado hoy no procede como declaración institucional puesto que continúa todo igual. Muy diferente hubiese sido que hubiese presentado su dimisión o señalado que se sometería a una moción de confianza. En este caso la declaración sí que se habría revestido de institucionalidad. Porque vendría irremediablemente unida a una rectificación sobre su programa inicial, el que no hace mucho presentó ante las Cortes. Debería introducir temas como la regeneración democrática (definiendo el problema y planteando posibles soluciones), explicar qué tipo de sociedad se persigue, buscar nuevos consensos, etc.

“Hoy, tras estos días de reflexión, tengo la respuesta clara. Si aceptamos todos como sociedad que la acción política permite el ataque indiscriminado a personas inocentes, entonces no merece la pena” dice Sánchez.

El mismo Sánchez que no solo aceptó, sino que permitió y alentó, desde la acción y la omisión, la cacería a Pablo Iglesias y Podemos. Retomo la opinión de Pere sobre la falta de honestidad de ¡Pedro no te vayas! (esto lo vuelvo a escribir en homenaje a los aguerridos socialistas que fueron el sábado a Ferraz).

Continúo con algunas de las palabras de la mañana de ayer en el palacio de la Moncloa. “Y sé que la carta que les envié pudo desconcertar, porque no obedece a ningún cálculo político. Y es cierto. Soy consciente de que he mostrado un sentimiento que en política no suele ser admisible”. Dos cosas con respecto a estas frases, las dos primeras no se las cree ni él mismo y la última demuestra un narcisismo de análisis clínico. Cualquier político puede estar enamorado de su pareja incluso con mayor intensidad que el sentimiento de Sánchez por su mujer y lo demuestran cada día en la intimidad y privacidad de su relación, no lo exponen como medio para conseguir un fin. Y si es tanto el amor que profesa a su esposa, ¿por qué no ha dimito para vivir esta apasionada historia personal? Le pongo un ejemplo: Mako Komuro, antes princesa Mako de Akishino, hija del príncipe Fumihito y sobrina del emperador Nahurito, renunció a sus derechos como princesa en 2021 al casarse con el abogado Kei Komuro. Simplemente lo hizo, no teatralizó ni escenificó nada. Decidió y actuó por amor. ¿Qué hará Sánchez si pone aún más en el centro de la controversia pública a Begoña? ¿Nos escribirá un libro y se retirará a pensar durante unos meses liberando su agenda oficial?

La ignominia de lo escuchado hoy refulge con la hemeroteca. Dice Sánchez: “Si consentimos que los bulos deliberados dirijan el debate político, si obligamos a las víctimas de esas mentiras a tener que demostrar su inocencia en contra de la regla más elemental de nuestro Estado de derecho” ¿Dónde ha estado usted estos últimos años? Más de veinte querellas contra Podemos archivadas desde que nació este partido político. En enero de 2015 el Tribunal Supremo rechazó la querella contra el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, presentada por el Partido Socialista de la Justicia por delito de blanqueo de capitales y delito electoral por falseamiento de cuentas.  Desobediencia y organización criminal. Informe PISA. Cuenta en Granadinas. José Manuel Soria contra Victoria Rosell. Financiación ilegal. Caso Dina. Caso Neurona. Suma y sigue. Y además aderezado con el acoso fascista en domicilios y la criminalización mediática. Repito: ¿Dónde ha estado usted estos últimos años señor Sánchez Castejón? ¿Liderando la decencia y la rehabilitación de nuestra maltratada democracia? Ya le digo yo, ¡qué no! Retomo la opinión de Pere sobre la falta de honestidad de ¡Pedro no te vayas! (esto lo vuelvo a escribir en homenaje a los aguerridos socialistas que fueron el sábado a Ferraz).

“Solo hay una manera de revertir esta situación: que la mayoría social, como ha hecho estos cinco días, se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza que llevamos demasiado tiempo sufriendo, porque esto no va del destino de un dirigente particular. Eso es lo de menos”.

Borja Puig de la Bellacasa

Con esta intervención casi tengo que dar la razón a Feijóo, desde luego a quien sí se la doy es a Pere sobre lo deshonesto de la actuación presidencial. ¿Llama usted mayoría social a doce mil quinientas personas de un total de cuarenta y ocho millones de habitantes? ¿A militantes venidos, mejor dicho: traídos, de cualquier punto de España para que bailen con sus ministros el, “¡quédate!”? ¿Eso es para usted la mayoría social? Discúlpeme, pero con eso confirma su egolatría y que no está gobernando, ni pretende hacerlo, para todo el pueblo español. Sino para usted. Y la carta es el más fiel reflejo de esta realidad apostillado con su declaración institucional.

Concluye usted, señor presidente con: “Mostremos al mundo cómo se defiende a la democracia. Pongamos fin a este fango de la única manera posible: mediante el rechazo colectivo, sereno, democrático, más allá de las siglas y de las ideologías, que yo me comprometo a liderar con firmeza como presidente del Gobierno de España”.

En un banal intento de confundir y conseguir que le identifiquen a usted con la democracia, “más allá de las siglas y de las ideologías” puesto que usted no las posee, ni las conoce, ¡las utiliza!, que es bien diferente.

Señor presidente del Gobierno, ha iniciado una aventura que se parece bastante a la que en su día inició Rubiales y me temo que los resultados serán semejantes, en lo personal y en lo profesional. Vea como está hoy día la RFEF y piense en cómo va a dejar al PSOE, que a España ya vendrán otros que la salvarán y debiera ser desde la izquierda. Sigo cruzando los dedos.

Como comentara Soul Etspes en su análisis sobre la figura del actual secretario general del PSOE:

“Este es mi cuento y si no le gusta otro le cuento”.