Tras las promesas del 25N a las mujeres nos siguen matando
Manifiesto
Tras el 25N; tras las promesas, las campañas y las manifestaciones de los líderes políticos, a las mujeres nos siguen matando.
¡Nos siguen ASESINANDO! La violencia machista es un continuo.
El pasado 12 de diciembre, en el Campillo (Huelva), Laura Luelmo, de 26 años, salió a correr. A hacer deporte.
Practicar deporte hace a las personas sentirse libres, fuertes y seguras, pero si eres mujer, esto también se convierte en una práctica de riesgo.
Era, además de profesora, feminista y una apasionada de la pintura.
Pero no la han asesinado por eso, no, la han asesinado por ser mujer y porque hay hombres que consideran que tienen un derecho sobre nosotras, nuestra libertad y nuestras vidas.
La responsabilidad individual, la responsabilidad de su asesino está clara, pero TAMBIÉN hay una responsabilidad de las instituciones y de la sociedad que calla, que mira a otro lado, que dice “no todos los hombres matan”, pero que no se suman a gritar ¡BASTA DE TERRORISMO MACHISTA!...
Este Sistema ni nos ayuda, ni nos defiende, ni nos protege, Laura ha sido asesinada por culpa del patriarcado y la estructura machista que tenemos en nuestra sociedad.
Día tras día somos más conscientes de la ineficacia del Sistema que debe protegernos, de las leyes y de las escasas medidas que se toman.
No se puede decir que vivimos en una democracia cuando ser mujer implica estar expuesta a sufrir violencia y estamos cansadas de seguir teniendo miedo, no queremos que nos usen, que nos dominen, que nos controlen, que abusen de nosotras, que nos violen y que nos asesinen
La violencia que sufrimos las mujeres es un importante problema de salud pública y una violación de los derechos humanos.
¡Urgen políticas feministas que nos salven! ¡Medidas feministas que nos garanticen la vida!
Políticas que promuevan un cambio cultural desde la educación. Que nos defiendan frente a esta sociedad injusta, machista y patriarcal que nos violenta, que nos ASESINA para someternos y políticas que remuevan las bases de la Justicia patriarcal, racista y machista.
Una sociedad que además nos culpabiliza. No queremos seguir estando cuestionadas.
No queremos seguir teniendo miedo; no queremos que nos usen, que nos dominen, que nos controlen, que abusen de nosotras, que nos violen y que nos asesinen.
Lo que queremos es que LOS HOMBRES no nos violen, acosen, agredan y maten. Ha llegado la hora de unir nuestras fuerzas y de gritar contra esta lacra.
Seremos nosotras las que creemos una red de complicidades, un pacto entre mujeres y como una sola mujer defenderemos cada paso que hemos dado, cada avance en derechos y libertades conseguidos.
¡Este cuerpo es nuestro, no se toca, no se viola, no se mata!
Cuando yo tenía 10 años, mataron a las niñas de Alcasser. Ahí aprendí que era peligroso salir de noche, aunque fuera con amigas.
Cuando yo tenía 11 años, mataron a Anabel Segura. Ahí aprendí que no podía salir a correr sola.
Cuando yo tenía 12 años, violaron y mataron a Marta Obregón y Leticia Lebrato. Ahí aprendí a tener cuidado al entrar en portales y ascensores.
Cuando yo tenía 17 años, mataron a Rocío Wanninkhof. Ahí entendí por qué mi padre se levantaba para recogerme a la puerta de la discoteca cada vez que salía de marcha.
Cuando yo tenía 27 años, mataron a Marta del Castillo. Ahí aprendí que hasta tus amigos podían matarte.
Cuando tenía 34 años, mataron a Diana Quer. Ahí entendí por qué mis padres nunca me dejaban volver sola a casa.
Ahora han matado a Laura Luelmo, y he aprendido que cualquiera de mis vecinos puede querer violarme y matarme.
Pero venga, vente a decirme ahora que soy una histérica. Vente a decirme que no es un problema de género. De hombres que sienten que las mujeres les pertenecen, que pueden acabar con nosotras con el chasquido de un dedo, que nuestro cuerpo es suyo.
Dime que me invento que han matado a 94 mujeres en lo que va de año, o que han violado a 788 otras.
Háblame de los hombres maltratados por sus parejas y las denuncias de maltrato falsas. De cómo la niña de 18 años de la manada se lo estaba buscando.
Que somos todas unas busconas y unas guarras y unas dramáticas.
Cuéntame que son bromas, nárrame (despacito, recuerda que soy idiota) que no se, que exagero, que hay que tener cuidado, que lo que nos hace falta a todas es un buen repaso.
Dime que soy una feminazi y una histérica, mientras sales a correr solo, vuelves a casa de noche, te vistes como te da la gana y no sientes miedo ni un solo día.
Ni una más. Ni una sola más.