La Plataforma Feminista de Ceuta rechaza rotundamente la mutilación genital femenina
Hoy 6 de febrero se celebra el Día Internacional contra la Mutilación Genital Femenina.
Se celebra este día internacional porque el 6 de febrero del año 2003 se dio un paso importante contra la mutilación genital femenina, fue una valiente mujer Stella Obasanjo (Primera dama de Nigeria) quien llevó a cabo una declaración oficial sobre la importancia de la tolerancia cero con respecto a dicha práctica.
La mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos consistentes en alterar o dañar los órganos genitales femeninos por razones que nada tienen que ver con decisiones médicas, y es reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas.
Refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada y constituye una forma extrema de discriminación contra mujeres y niñas. La práctica viola sus derechos a la salud, a la seguridad y a la integridad física, el derecho a no ser sometidas a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, así como al derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte.
La ablación es el nombre más común de la mutilación genital femenina y la misma entraña unas consecuencias realmente graves para la niña o mujer que la sufre. En concreto, entre las más importantes están las infecciones severas, hemorragias, contagio de lo que son enfermedades realmente infecciosas, desequilibrios en la menstruación, etc.
No obstante, no son las únicas consecuencias. También hay otras igualmente importantes como son dolores al tener relaciones sexuales, complicaciones en el parto, trastornos a nivel psicológico severos e incluso la muerte.
Y es que no hay que olvidar que esa práctica se realiza de forma violenta, sin el consentimiento de la víctima, con cuchillas de cualquier tipo, sin condiciones higiénicas ni sanitarias.
A todos nos puede parecer realmente increíble que en pleno siglo XXI se sigan llevando a cabo esas prácticas. Sin embargo, si debe seguir conmemorándose este día internacional es porque en la actualidad las mismas siguen siendo habituales en un total de 29 países. Un verdadero horror contra el que hay que seguir luchando.
La Unión Europea y las Naciones Unidas, desde 2008, se encuentran desarrollando una iniciativa denominada “Iniciativa Spotlight” que se ocupa de luchar contra la violencia sexual y de género, que incluye la mutilación genital femenina, en el África subsahariana, que persigue, sobre todo, acabar con todas las formas de violencia hacia las mujeres y hacia las niñas.
Para abandonar la práctica de la mutilación genital femenina es necesario realizar esfuerzos sistemáticos y coordinados que involucren a las comunidades enteras, que se enfoquen en los derechos humanos y en la igualdad de género. Estos esfuerzos deben hacer hincapié en el diálogo social y en el empoderamiento de las comunidades para actuar colectivamente y poner fin a la práctica. También deben atenderse las necesidades de salud sexual y reproductiva de las mujeres y niñas que sufren sus consecuencias.
En diciembre de 2014, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución para intensificar los esfuerzos para la eliminación de la mutilación genital femenina. En ella, se pide a los Estados que desarrollen, apoyen y cumplan estrategias que prevengan esta práctica, incluyendo la formación de personal médico, trabajadores sociales y líderes locales y religiosos para asegurar que dan unos servicios competentes de apoyo y cuidado a las mujeres y niñas en riesgo de sufrir esta mutilación o que ya la hayan sufrido.
Así mismo, los objetivos sobre el desarrollo sostenible dedican especial atención a la lucha contra la mutilación genital femenina. El objetivo 3 sobre la salud, el 4 sobre la educación y el 5 sobre la igualdad de género, contribuyen en diversas formas a lograr que estos objetivos sean una realidad para 2030. La atención sigue centrándose en los países con la prevalencia de mutilación genital femenina más elevada, con el objetivo de cambiar las normas sociales en las comunidades o ciudades afectadas mientras se trabaja con los gobiernos para establecer sistemas de respuesta nacional viables.