Ceuta es una ciudad vulnerable por su insularidad, por ser frontera con un tercer país no europeo y por sus limitaciones económicas.  Por eso cuando sufrimos una catástrofe como la actual, nuestra Ciudad necesita más que nunca la presencia y la implicación del Estado. Pero lo cierto es que, durante las últimas semanas al Estado, a través de la Delegación, le ha costado cumplir con las competencias que tiene asignadas. No solo por la lentitud mostrada a la hora de traer a Ceuta la maquina necesaria para hacer los test y por la escasez de pruebas realizadas, también por su negligente actuación con respecto a la inmigración, una de las materias que son de su competencia exclusiva.

Cuando Marruecos anunció el día 12 de marzo que iba a cerrar la frontera, la Delegación se mostro inactiva, no fue capaz de impedir que muchos marroquíes embarcaran en Algeciras rumbo a Ceuta con una frontera ya cerrada, unas personas que quedarían atrapadas en Ceuta durante días. Y mientras que Marruecos se negaba a admitir a sus propios nacionales que quedaban atrapados en Ceuta, la Delegación permitió la entrada en nuestra ciudad de miles de vehículos y personas, no solo de españoles que lógicamente tenían el derecho a regresar a su país, también de europeos que estaban de vacaciones y a los que las autoridades marroquíes derivaron a través de nuestra vulnerable ciudad. Más de 1.100 caravanas de ciudadanos europeos transitaron por nuestra ciudad, con una población ya en cuarentena que observaba asombrada como muchos vehículos se perdían por nuestras calles ya desiertas. Solo la presión política y social consiguió que la Delegación y el Ministerio hicieran efectivo ese necesario cierre real de fronteras.

En cuanto a los marroquíes que han quedado en Ceuta sin posibilidad de regresar a su país, son también una responsabilidad de la Delegación dado que se trata de inmigrantes extranjeros y por tanto una competencia única y exclusiva de la Delegación en manos socialistas. También en este caso han preferido que sean otros los que hagan efectivo el aislamiento de estas personas en una clara dejación de sus funciones utilizando instalaciones de la Ciudad, más en concreto unos polideportivos, que resultan claramente inapropiados para albergar durante una larga temporada a estos inmigrantes en lugar de acomodarlos en las instalaciones que la Administración Central tiene a tal efecto, es decir el CETI. ¿Por qué el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes no recoge a estos inmigrantes? Es algo que no nos explicamos. Tampoco oyeron las peticiones de la Ciudad de que se alojaran en el módulo en desuso que posee el Centro Penitenciario de Mendizábal. Pero no solo han obviado su responsabilidad en el alojamiento, también en la manutención, limpieza y vigilancia de estos polideportivos. Todo ha quedado en manos de una Administración que no es la competente en la materia, es decir la de la Ciudad, que ve cómo tiene que dedicar 3 de cada 4 euros que el Estado ha destinado a la atención social de los ceutíes, para el sostenimiento de estos inmigrantes. Una muestra más de ese trato diametralmente diferente que reciben los ceutíes con respecto al resto de los ciudadanos de España.

El Partido Popular va a seguir insistiendo sobre la necesidad de que la Delegación habilite otro recurso para el realojo de estas personas antes de que tengamos que lamentar males mayores al igual que vamos a seguir insistiendo en que venga a Ceuta un buque de la Armada medicalizado así como un contingente de la UME en labores de apoyo, ante el crecimiento exponencial de los casos positivos. Esperemos que la Delegación no continúe ausente.