Los blísteres son los envases donde vienen protegidos los medicamentos, el tipo denominado ‘push through’ (presionar a través), son los más corrientes en las farmacéuticas y están formados por aluminio y plástico. El aluminio reciclado contamina un 95% menos que el virgen, pero la industria farmacéutica necesita cada vez más cantidades de aluminio. Los empaques de los blísteres son más complejos, incluso en su manejo. El incremento de uso de genéricos, la presión sobre los costos y la competencia se han vuelto mucho más difíciles.

¿Cuánto blíster utiliza nuestra familia en un mes?, ¿y en los hospitales, residencias de mayores, clínicas veterinarias…?, pues muchísimo. En otras partes del mundo, las medicinas vienen en vidrio con tapón reciclable. Aquí en España, las farmacéuticas dispensan las medicinas a las farmacias, la mayoría para un mes, en caja con varios blísteres. Y ya puestos, vamos a recomendar a los centros hospitalarios y demás, que el vasito plástico con la dosis de medicina a los enfermos lo sustituyan por el de cartón, que también vale para escribir en él.

En el caso de los envases para productos farmacéuticos, la Farmacopea Española cumple los requisitos especificados por la Farmacopea Europea, solo es posible emplear materiales reciclados del propio proceso productivo cuando se ha autorizado y validado cada proceso concreto por la Autoridad Competente.

En la actualidad otra tendencia existente, es la utilización de polímeros biodegradables, para lo cual AIMPLAS ha desarrollado numerosos proyectos. 

El negocio de los laboratorios farmacéuticos

Como prólogo diremos que la patronal de laboratorios farmacéuticos Farmaindustria, asegura que las farmacéuticas, han dado 41.279 puestos de trabajo directos en 2018, de los cuales uno de cada tres lo ocupa un joven. Asimismo, los indirectos y los inducidos, estaría generando alrededor de 200.000 puestos de trabajo en España.

Las farmacias, como cualquier negocio soportan un IVA trimestral de un 20% sobre la facturación o venta. Pero no nos vamos a meter en el mundo de las empresas farmacéuticas en lo que declaran a Hacienda, ni de su compensación al Sistema Nacional de Salud por los llamados medicamentos innovadores, excluyendo los genéricos, ni meternos en los pagos a los médicos, los cuales se han disparado en un 12,5% hasta 564 millones. Solo diremos que el gasto público en medicamentos distribuidos en hospitales y farmacias alcanzó los 17.482 millones de euros.

La Farmaindustria agrupa a 150 compañías de medicamentos innovadores, casi la totalidad del sector, a excepción de la estadounidense Gilead o la catalana Grifols, que no pertenecen a la patronal.

La mujer en las farmacéuticas

El empleo femenino en la industria farmacéutica alcanza el 63,7% de todos sus puestos de trabajo, en investigación y desarrollo. En el área de I+D, el empleo femenino alcanza el 63,7% de todos sus puestos de trabajo. La presencia de las mujeres es también significativamente superior en los puestos directivos. Las empresas farmacéuticas son las que tienen un mayor salario femenino, que asciende a 36.344 euros anuales de media según datos del INE. En el sector farmacéutico, es el que más se acerca a la igualdad salarial entre hombres y mujeres con el 10% de diferencia.

Solamente un 69,50% de medicamentos se recicla en el hogar.

El reciclaje en los hogares españoles de los productos farmacéuticos está en el 69,50%, por debajo de vidrio (75,30%), papel-cartón (74,50%), pilas (72,30%) y plástico-metales (71,80%) y por encima de los teléfonos móviles (35,60%), Aceites de cocina (24%), productos químicos (21,10%) y tubos fluorescentes (19,90%).

Recicla en el punto SIGRE

Llevar los medicamentos sobrantes o vacíos al punto SIGRE, garantiza que estos residuos recibirán el tratamiento medioambiental adecuado, evitando así que puedan dañar nuestro entorno. Con el correcto reciclado de los frascos y medicinas, se evita cada año la tala de más de 50.000 árboles y se ahorra el equivalente al consumo anual de electricidad de 2.200 hogares. Los medicamentos no peligrosos, se destruyen y se usan como combustible en instalaciones industriales o para producir energía eléctrica. ¡Ojo! No se utilizan estos medicamentos devueltos por la ciudadanía a los puntos SIGRE para envíos a ONGs.

Advertencia, el tener medicamentos acumulados en casa, ‘por si acaso algún día lo necesito’, pueden producir automedicación e intoxicaciones medicamentosas por caducidad.

SIGRE es una entidad sin ánimo de lucro formada por la industria farmacéutica (farmaindustria), los farmacéuticos (Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos) y los distribuidores. ¡Claro!, pero los de a pie suponemos que esta gratitud ya va incluida en el precio de los medicamentos, porque reciclar no es barato.

Para empezar, diremos que el blíster no va al contenedor amarillo. Mucha gente por desconocimiento o no acercarse a la farmacia al punto SIGRE Medicamento y Medio Ambiente, lo tira al contenedor amarillo de plásticos o al de gris de orgánicos. Por ello, se llama SIGRE, que significa Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases.

El SIGRE no solamente recoge los blísteres, sino también todo tipo de envases, hasta los vacíos (frascos, tubos, aerosoles, ampollas, etc), para destruir las partículas que quedan de medicamentos. Agujas, termómetros, radiografías, pilas, gasas, productos químicos, no van al SIGRE, salvo jeringas precargadas y plumas o bolígrafos de insulina en cuando no sea posible separar la aguja y siempre tapadas con su capuchón protector o similar.