Hay que remar hacia un futuro prometedor
Llega una época de elecciones y en este caso más, dado que en un corto espacio de tiempo se van a unir todas ellas, empezando por las generales y acto seguido las autonómicas, municipales y europeas. Esto nos llevará a buen seguro al hartazgo a causa del bombardeo de mensajes de todos y cada uno de los partidos y plataformas que en ellas participan. Escucharemos como se tiran los trastos unos contra otros, llegando a sacarse más sus vergüenzas que lo que en realidad le importa a los electores, ósea, que le solucionen sus problemas reales. Pero no, como siempre irán más por las descalificaciones que por propuestas que sean creíbles, pues también es cierto, que en lo que se refiere a prometer no van a tener reparo alguno, que luego cumplan sus promesas, eso es ya harina de otro costal.
De hecho ya ha empezado el juego y como siempre el que ostenta el poder en ese momento, sale siempre con ventaja sobre los demás, vamos que como se dice en el argot deportivo sale dopado, ya que dada su privilegiada posición, podrá utilizar todos los medios a su disposición para arrimar el ascua a su sardina.
Hay un hecho que ya ha sido sacado a la palestra por parte de la oposición, esto es, el tema de los quince mil folletos que el gobierno local va a distribuir a los vecinos sobre los tan llevados proyectos en barriadas. Desde Gran Vía apuntan a que esto es de lo más normal del mundo, pues según dicen la institución que va a ejecutar dicha campaña cumple con su obligación divulgativa. Posiblemente sea cierto pero que casualidad que es, justo ahora, cuando se barrunta la campaña electoral, cuando lo sacan, sin darse mucha cuenta creo, que esto se puede volver contra ellos, pues el ciudadano de a pie, ya no se cree nada de lo que estos prometen y de sobra saben que el gobierno de la ciudad, de lo que promete no ejecuta ni un diez por ciento, y esto es una realidad.
Y lo peor de todo es que se está jugando con el dinero público para tratar de atraer a ese electorado que de sobra se sabe que está hastiado de tantas mentiras. Sin duda que habrá que hacerle un seguimiento al gobierno actual con toda esta operación de marketing y esta desde luego que debería hacerla la misma oposición que actualmente existe en la Asamblea. Todo ese dispendio debe ser permanentemente fiscalizado, ya que de ser cierto lo que algunos bien informados comentan y a lo que, yo personalmente, creo que no se atrevan, desde instancias oficiales se está pergeñando la idea de gastar todo el presupuesto destinado a publicidad institucional y consignado para distribuirlo a lo largo de todo el año, directamente en estos primeros seis meses, haciéndolo coincidir con estos procesos electorales que se avecinan, e incidiendo directamente en la prensa editada en papel, hablándose de cantidades que rondan los ochocientos mil euros para uno y los setecientos mil euros para otro.
Claro está, trataran de que todo sea legal con licitaciones donde se puedan presentar todos, pero viendo lo que hay podríamos decir eso de blanco y en botella. Lo más curioso de todo esto es, que la prensa digital no tome esto como una discriminación y no exija poder participar con los mismos derechos en el proceso, conformándose por lo general y de manera incomprensible las migajas que les ofrecen.