La indecencia de un presidente
Pedro Sánchez alcanzó el Gobierno de España prometiendo que jamás pactaría con populistas, independentistas secesionistas y herederos de terroristas. Y no lo dijo una sola vez, sino que cimentó gran parte de su campaña electoral en una promesa que no solo repitió ante los medios de comunicación, sino también en sede parlamentaria. Y volvió a hacerlo la pasada semana en la cámara de representación autonómica, al vincular la recepción de los Fondos de Recuperación procedentes de la Unión Europea con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado correspondientes al ejercicio 2021.
Esta afirmación fue efectuada en sesión de control en el Senado, y desmentida a las pocas horas por la propia Comisión Europea. En esta sesión, además, lamentó profundamente el fallecimiento del terrorista Igor González, un criminal condenado a veinte años de prisión integrado en el Comando Donosti de la banda terrorista ETA. Este comando es considerado como uno de los grupos más crueles y sanguinarios dirigido por terroristas como el “Carnicero de Mondragón” o “Txapote”, y se le atribuyen más de 40 asesinatos entre los que se encuentran los de Gregorio Ordoñez, Miguel Ángel Blanco, Fernando Múgica, José Ignacio Iruretagoyena o Manuel Zamarreño.
Sin ninguna duda, el actual presidente de la nación pasará a la historia de nuestro país como el primero en expresar sus condolencias hacia un miembro de la banda terrorista a la que se le atribuye el asesinato brutal de más de 864 personas entre jueces, militares, policías, guardias civiles, políticos, periodistas, catedráticos, empresarios y niños. Esto representa un acercamiento al movimiento abertzale que responde a las pretensiones del desgobierno social comunista por conseguir los apoyos necesarios para aprobar las cuentas públicas correspondientes al ejercicio 2021, y constituye una estrategia lícita que pierde toda honorabilidad al recabar apoyos entre los herederos de los mayores criminales de nuestra historia más reciente.
La deslealtad del presidente del desgobierno solo es comparable a su mezquindad si tenemos muy presente cómo ha consolidado su autoridad en los últimos años en la mentira. Pedro Sánchez pasará a los libros de historia como el que nos llevó a la peor crisis socio económica de nuestra historia más reciente, superando ampliamente a José Luis Rodríguez Zapatero, y además como el primero en blanquear a secesionistas y terroristas aceptando sus exigencias, y concediéndoles unas prebendas impensables para las personas de bien. En política no todo está permitido, y corresponde a la ciudadanía responder con contundencia en las urnas ante la ignominia del peor presidente de nuestra historia democrática.