Ser juez, parte y solución
Cuando me pronuncié sobre la situación que estamos viviendo en el PSOE de Ceuta, no conocía la noticia de la decisión ya expresada y adoptada por la Comisión Gestora del PSOE de solicitar la expulsión del diputado y la diputada socialista que votaron en sentido favorable, en contra del criterio marcado, a la modificación de crédito propuesta por el Gobierno del Partido Popular.
La forma que entiendo mi responsabilidad como militante, me lleva a volver a opinar por segunda y última vez. Y a hacerlo públicamente, para que, de esta forma, igual que en la anterior, les llegue a los diputados y diputadas, a los miembros de la Gestora, y al conjunto de la militancia, por si les sirve de algo tener otro punto de vista.
Un punto de vista que me da, primero la templanza de los años, y segundo la humilde experiencia que nos proporcionó el tener que reconstruir el partido después de su mayor crisis jamás vivida, como fue su disolución, y encauzarlo en una senda de progreso, lento, pero de avance en el reconocimiento social y en la representación, que ha continuado hasta fechas recientes.
Creo que es un error la reacción apresurada de petición de expulsión. Trataré de explicarme brevemente.
Es grave romper con la unidad de acción y sentido del voto, por supuesto, pero también es un grave error, descapitalizar nuestra fuerza parlamentaria, si se puede evitar.
Que hay un problema en el partido, es evidente. Pero el primer paso ha de ser tratar de solucionarlo. Lo bueno de no tener tanta información, es que te permite hacer un análisis general y sosegado, y pensar en que las cosas son posibles.
Mi análisis es que es un mal cálculo para nuestra capacidad de acción política y de defensa de los intereses de Ceuta, perder dos diputados. Porque este parece que será el resultado final después de la petición de expulsión. La impulsividad no nos puede llevar a forzarlos a una salida hacia el grupo mixto. Es pueril esperar otra reacción diferente, y que, entreguen el acta, como por otra parte, deberían hacer si de verdad no quieren estar en el proyecto socialista.
Pero antes de eso, se debería volver a sentar a todos los miembros del Grupo Parlamentario Socialista, con una figura de mediación, y tratar así de reconducir la situación.
El otro problema es que ese trabajo no lo puede hacer el actual presidente de la Gestora, porque es parte implicada y concurren en él, muchos condicionantes que lo invalida para esa labor.
Es en primer lugar el encargado de convocar el congreso, verdadera tarea para el que se la ha llamado, y preparar las elecciones europeas que hay previamente. Pero también quiere marcar toda la acción política tanto desde el grupo parlamentario como desde la Gestora. Y al mismo tiempo, a juzgar por sus propias palabras, parece que quiere ser candidato a la secretaría general. Es decir, ser juez, parte y solución. Todo eso junto crea fricciones, inevitablemente.
Hay en la propia Gestora otros perfiles que podrían hacer ese esfuerzo por tratar de buscar la normalización, y que, no avancemos en esta deriva. Si no los hubiera, no es el caso, pero incluso así, me ofrezco para ayudar con el único interés de tratar de aportar algo, de sentarme con ellos, escucharles y colaborar para alcanzar el reencuentro.
Ha sido un enorme y gravísimo error votar rompiendo la disciplina de voto, pero esto pudiera ser un síntoma de un problema mayor. Además, tiene solución porque la modificación del presupuesto aún tiene que volver a la Asamblea para su votación definitiva, lo cual, la parte política es reconducible. Ahora hay que valorar si también lo es la situación interna.
Hay que conocer por qué han votado por libre, si es que están forzando realmente su salida y expulsión o es la reacción a una situación interna, si se sienten ideológicamente y emocionalmente fuera del proyecto socialista o es una reacción de malestar por otra causa. Hacer ese esfuerzo y trabajo previo a la petición definitiva de expulsión con las consecuencias que va a conllevar, para dar una oportunidad más, quizás la última, al diálogo, merece mucho la pena.