Reseteo de un mundo volátil
El ser humano es egoísta por naturaleza y no ha aprendido absolutamente nada después de haber sufrido una pandemia a nivel global. Esto se debe a la falta de dos emociones, por un lado, la vergüenza y por otro la culpa. Nada es tan necesario para nosotros como asumir un error, aprender de él e iniciar comportamientos alternativos que nos hagan avanzar como personas, crecer y mejorar en todos los sentidos posibles.
Estas emociones deberían cumplir un papel crucial en los humanos, una de las razones por la que muchísimas personas no aprenden de sus errores es porque carecen de esas dos emociones y si a esto le añadimos que los poderes fácticos monetarios ven que somos muchos, las intenciones de los mismos es reducir la población a toda costa. Sé que es duro describirlo así, pero es una verdad aplastante y cada día lo tengo más claro.
Vivimos en mundo volátil y culpamos a los demás, esos que no asumen ni enmiendan sus errores, lo peor de todo esto es que abundan en exceso quienes se desentienden de toda responsabilidad colocándola en hombros ajenos, siendo una conducta de lo más común. Es el reflejo más puro de la irresponsabilidad y de la inmadurez. Esta desfachatez del ser humano me está llevando a pensar qué será de nosotros en un futuro próximo.
Las vacunas ARN mensajero seguro que a muchos no les suena de nada y es una tecnología que se ha estado utilizando para otorgar inmunidad frente al virus que provoca la enfermedad de la covid-19, aunque es algo novedoso, es una técnica que los científicos llevan estudiando varias décadas para desarrollar futuras vacunas. Se utiliza para generar respuestas inmunitarias frente a un patógeno.
Otro aspecto que me preocupa y mucho es la sobrepoblación que estamos sufriendo, este fenómeno producido por una elevada densidad de población, está dando lugar al empeoramiento de nuestro entorno, la disminución de la calidad de vida de muchísimas personas o situaciones de hambre extrema seguida de los conflictos que cada día abren nuestros informativos.
El egoísmo del ser humano es el que nos va a llevar a la destrucción. No pensamos en el otro, solo nos preocupamos por nosotros mismos y lo que le ocurra a los demás nos da igual y de eso se aprovechan aquellos que quieren que seamos menos, políticos y gente poderosa que mueve los hilos del mundo. Así nos va. La falta de empatía hacia nuestros semejantes es la que va a acabar con nuestra especie. Quizás sea demasiado tarde cuando despertemos. Somos racionales supuestamente, pero son los animales los que nos dan una lección de vida cada día con sus formas de comportarse. Nos queda mucho para llegar a actuar como ellos.