Crisis que solo padecen los ciudadanos
La casta política española tanto a nivel nacional, autonómica y local poseen una cualificación muy deficiente. No obstante, estas no representan ningún impedimento para poder desarrollar un instinto de supervivencia más propio del mundo animal que del ser humano.
Tergiversar la realidad, desviar el discurso y mantener el foco mediático alejado del epicentro de los problemas de nuestra ciudad, son claves del éxito de las estrategias políticas que se están llevando a cabo, amparándose en la existencia de una falsa democracia y de un pseudoestado de derecho antidemocrático y corrupto inundado de privilegios políticos, defenestrando a todo aquel que quiere cuestionar el poder.
Esta casta ha utilizado y seguirá haciéndolo, la crisis financiera de tapadera para ocultar la cruda realidad de la gestión llevada por Vivas en dos décadas, marcada por la institucionalización de la corrupción política a todos los niveles, consecuencia de la degradación de un gobierno insostenible económicamente y de una justicia tan politizada como inexistente. Esta nueva etapa de gobierno, seguirá engañando a todos los ceutíes, manipulando los datos del déficit de los presupuestos que se han ido aprobando, incumpliendo sus programas electorales (por llamarlos de alguna forma), subiendo los impuestos y ahogando a la pequeña o mediana empresa y salvando a entidades inviables como el hotel Ceuta Puerta de África.
La gran mentira de este Gobierno local radica en la política económica de asfixiar la economía productiva para mantener la red clientelar existente, es decir, exprimir vía impuestos, a autónomos, pymes y familias con el objetivo de continuar con el despilfarro público al que ya están acostumbrados, pretendiendo además hacer creer a todos los caballas que esta estrategia de austeridad sacará a Ceuta del pozo en el que está. No debemos obviar que nuestro país se encuentra en quiebra debido a la corrupción y al despilfarro.
La división de nuestra sociedad da lugar a sectarismos políticos que lo hacen más manejable para poder maniobrar ellos, a sus anchas. Muchas veces me siento secuestrado en el ejercicio de mis derechos por organizaciones que monopolizan el poder, tenemos que buscar un mayor equilibrio entre grupos políticos y una sociedad hastiada de los mismos.
La corrupción política que abre telediarios propicia la desconfianza y la indignación, ampliando el divorcio entre los partidos políticos y la sociedad. Algo que los ciudadanos debemos tener claro desde un principio, es que somos los responsables de aquellos a los que votamos. A simple vista, parece un tanto banal, pero nada más lejos de la realidad, lamentablemente hay personas que votan a los candidatos por su aspecto físico, otros porque los ven simpáticos y no tengo nada que objetar al respecto, pero para mí es una oportunidad perdida tanto para esa persona como para la sociedad.