Todos somos iguales. O ¿Todos somos iguales? Según la Constitución la respuesta sería la primera opción y eso es lo que dice su artículo 14 afirmando que:

“Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

También contamos con una ley que protege de forma integral la infancia y la adolescencia, que tiene por objeto garantizar los derechos fundamentales de los niños y adolescentes a su integridad física, psíquica, psicológica y moral frente a cualquier forma de violencia, asegurando el libre desarrollo de su personalidad y estableciendo medidas de protección integral y la reparación del daño en todos los ámbitos en los que se desarrolla su vida.

Dicho todo lo anterior no se entiende cómo puede existir discriminación en las aulas públicas de nuestra región. Los inspectores en materia de Educación, tienen la obligación de conocer este hecho porque visitan los diferentes centros con bastante frecuencia. Nos referimos a que ciertos grupos de niños aislados en aulas por nacionalidades no reciben el mismo material escolar que el resto, en algunos institutos. No cuentan con libros de texto. Por ejemplo: el segundo curso cuenta desde la letra A hasta la F. Pues los grupos A, B, C y D tienen todo el material, pero los grupos E y F, no. Desde estos centros dicen que no se los entregan porque no conocen el idioma, pero algunas fuentes cercanas, nos afirman que eso no es así, porque muchos de ellos han nacido en nuestro país y hablan español, como cualquier ciudadano de a pie.

A esta práctica tan habitual, ¿Cómo debemos llamarla? Apartheid. Sí, porque separan a los niños, tratándose de una segregación racial en nuestras aulas. Entonces el propósito era conservar el poder para la minoría blanca y fue Mandela el que dedicó toda una vida a luchar por la igualdad contribuyendo a derribar el sistema racista en Sudáfrica.

¿Por qué se utiliza a la gente por parte de las administraciones según les conviene? Nuestros políticos y gobernantes reciben los votos de todos los extranjeros afincados en el país con gran entusiasmo. Para eso sí. Pero para temas tan importantes como es el caso de la Educación y el Menor, para estos menesteres, les ponemos límites. Trabajan en sitios donde nosotros no queremos, porque las condiciones son denigrantes. ¿Por qué un niño es estigmatizado desde su infancia? Con estas decisiones, lo que se les está diciendo es que desde bien temprano ellos son diferentes al resto y que jamás conseguirán logros porque son diferentes. Desgraciadamente hay pequeños que ya nacen marcados de por vida, por culpa de un puñado de personas que carecen de humanidad y que se creen mejores que el resto. Desconocen el daño que pueden causar. Al colocarles tantas piedras en el camino, solo son unos pocos los que no se desmotivan y siguen hasta conseguir sus metas, pero el resto, la gran mayoría tira la toalla en los primeros años de instituto para ir a trabajar al campo o para llevar una vida alejada de la legalidad. Todo ello fomentado por las propias administraciones, las verdaderas culpables de que esto ocurra, ya que son ellas las que con sus batutas marcan el futuro de estos pequeños.

Y por último, si queremos que los recursos económicos sean de verdad óptimos, no agrupemos a jóvenes que no hablan nuestro idioma, obligados por ley a asistir a clase, pero que se sienten incomunicados porque ningún docente habla su idioma. Se limitan a permanecer sentados durante las largas jornadas escolares, sin entender lo que el profesor imparte.

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