Analizando el comercio en Ceuta

En estos momentos nuestro comercio se está enfrentando a diversos riesgos estratégicos, operacionales y a una falta de interés y compromiso por parte de las autoridades locales, cuya respuesta es la de maquillar la verdad de lo que realmente sucede, echando balones fuera y entreteniendo a la gente con la posible llegada del Grupo Vips, Kiabi o KFC. Mientras tanto están dejando que locales emblemáticos bajen sus persianas porque están ahogados, sin ayudas por parte de la Administración.

La globalización económica que estamos sufriendo está permitiendo a los países, operar fuera de sus límites físicos territoriales, abriendo las limitaciones de sus fronteras comerciales, lo que aporta beneficios, pero a su vez dificultades, estableciendo nuevas reglas de juego en los mercados. Un dato importante, es que, en nuestro país, muchas microempresas no cuentan con la suficiente cobertura y despliegue de fibra óptica, problema que afecta a nuestra ciudad dando pie a que la actividad comercial esté muy limitada.

La estrategia llevada por la Administración local es nula, ya que no ha sabido ejecutar ningún plan para gestionar los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER), pensados para el desarrollo urbano de zonas ultraperiféricas, como es el caso de Ceuta y de nuestra ciudad hermana Melilla. Esto no termina aquí, otras ayudas como el Fondo Social Europeo y una Buena Gobernanza, o el Fondo de Solidaridad, pensado para respuestas de grandes catástrofes naturales, como es el caso del último incendio forestal, que se llevó por delante muchísimo terreno cinegético. Un suma y sigue de la cantidad indecente de dinero y recursos que el Consistorio ha dilapidado.

La estrategia digital que persigue la UE para las empresas y personas de cualquier sector para que puedan competir en igualdad de condiciones y desarrollarse es imposible en nuestra urbe, ya que los gobernantes de la misma se niegan a ver la realidad de las políticas tan desastrosas en materia económica que han ido ejecutando durante varias décadas seguidas. Cabría destacar que estas herramientas de los Fondos Europeos deberían de facilitar el acceso a créditos a las microempresas que están en nuestra urbe, aunque lo sorprendente es que no se reparten de forma equitativa y lo peor es que no llegan a empresas más jóvenes según la Confederación Española de Jóvenes Empresarios.

Con la llegada del covid cada comunidad autónoma estableció sus propias prioridades para evitar la propagación del virus, dando lugar de forma súbita a que productos cotidianos alimentarios fueran en algunos casos remplazados por un servicio de entrega a domicilio y las reglas del juego de las compras cambiaron. Por ello una iniciativa interesante será el acercamiento de las empresas a las nuevas tecnologías, no se debe obviar que, en el Plan estratégico diseñado por la ciudad, se les olvidó llevar a cabo políticas de rebajas impositivas o generar líneas de subvenciones reales adaptadas a las necesidades de los dos motores productivos tales como, los comercios, la mediana y pequeña empresa y la hostelería.