Cuando las barbas de tu vecino veas pelar…

Después de 36 años de “régimen socialista” y diez legislaturas los andaluces se han sacudido “las pulgas del PSOE-A”. Se abre una nueva era en la historia de Andalucía de la mano del centro-derecha presidida por una fundamental idea motriz: la regeneración de la vida de la Junta de Andalucía y la ruptura de la simbiosis entre ésta y el PSOE Andaluz. Tras la explosión de tremendos casos de corrupción como el de los ERES o de la FAFFE, es inevitable que la primera medida a tomar al llegar al gobierno de San Telmo sea una profunda auditoria de todos los gastos de la Junta. El acuerdo de 90 medidas firmado ente Ciudadanos y PP descansa sobre ejes fundamentales como son: la regeneración democrática, la transparencia, la atención a las cuestiones sociales, las rebajas fiscales y el fomento de la actividad económica de la región. Algunas de las líneas rojas de Ciudadanos debieron ser muy duras de tragar para el PP, como la supresión de los aforamientos, o la reforma de la ley electoral andaluza, pero ambos partidos han puesto por encima de sus intereses el interés general de los andaluces, la única base sobre la que es posible construir un acuerdo sólido.

Algunas medidas van directas a mejorar la economía de las familias, como es el caso de la gratuidad de la educación de 0 a 3 años. Es escandaloso que el PSOE haya tardado 36 años en llevar esa medida en su programa electoral y que lo haga precisamente para estas elecciones. También llama la atención que sin estar en vigor las rebajas fiscales previstas, el Ministerio de Hacienda ya esté maquinando para dejarlas sin recorrido; merece un aplauso este mirar por el partido y no por los intereses de todos los españoles y andaluces, porque eso se le da la mar de bien la socialismo español actual; y es que esa es la única “cruz de guía” del PSOE a todos los niveles: proteger sus intereses de partido, “y los demás que arreen”. Pues eso es lo que han hecho los andaluces: arrear a los socialistas “a la calle de la oposición”. Es también curioso que el PSOE y Podemos hablen de que se trata de un acuerdo vergonzoso por necesitar el apoyo de Vox y que no encuentren vergonzoso tener a dos ex presidentes y numerosos altos cargos de la Junta de su mismo partido con un pie en prisión, por estar acusados de graves delitos de corrupción; o que el gobierno de España ande negociando su política con presos preventivos que han atentado contra el estado al cual representan.

El acuerdo de medidas de gobierno firmado entre Ciudadanos y PP en Andalucía abre un antes y un después en la política de la democracia española y parece señalar la puerta de salida al rodillo del bipartidismo. Por primera vez en la historia tras la transición se producirá un gobierno de coalición en un parlamento autonómico, uno de los más importantes de nuestro país. Es evidente que este “experimento” en sentido estricto, pues es la primera vez que se hace, supondrá un tremendo tubo de ensayo político y, lo que es más importante, punta de lanza de lo que pudiera suceder en las próximas elecciones generales. Ambos partidos asumen la enorme responsabilidad de hacer uno de los mayores ejercicios de democracia de un partido político: responder al mandato de la voluntad mayoritaria de los andaluces expresada en las urnas, cual es el compartir la acción de gobierno, de tal forma que van a fiscalizarse los unos a los otros de la forma más eficaz, desde dentro.

En nuestra democracia la formación de gobierno corresponda a aquel partido que cuente con la mayoría absoluta de los diputados de la cámara legislativa que sea y no al partido más votado, porque puede ocurrir, como es el caso, que el partido más votado no represente a la voluntad de la mayoría de los votantes. Los gobiernos de coalición responden a esa idea: aglutinar la voluntad de los ciudadanos. En nuestra ciudad en las últimas elecciones Ciudadanos se quedó a 153 votos de arrebatar la mayoría absoluta al PP de Ceuta, a 153 votos de romper la simbiosis de éste y la ciudad después de casi dos décadas de mayorías del PP que no han servido para sacarnos de la cabecera de parados del país, ni siquiera para ahorrar los gastos de libros escolares a las familias, que fue una iniciativa de Ciudadanos Ceuta conseguida en una negociación presupuestaria; tampoco ha servido para conseguir mejoras para la frontera y el comercio de la ciudad, o instar la reactivación de un puerto que en vez de generar riqueza (no dispone ni de una grúa para descargar mercancía) lo que genera es inseguridad. Si la tendencia continúa lo normal es que pierda en las próximas elecciones la mayoría absoluta y que, como nuestra vecina Andalucía, el gobierno de la ciudad sea también por primera vez un gobierno de coalición.

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