Chantaje, vetos y nueva política

(Foto: Europa Press)

Sin que casi nos diéramos cuenta, los chicos de Chicago cambiaron nuestro mundo. Le pusieron precio a todo y dejó de existir la cortesía. Incluida la cortesía parlamentaria. De repente la Sanidad ya no era gratis, ni la Educación, ni las prestaciones sociales, ni la amistad, ni el compañerismo. Todo tiene un precio y de todo se debe extraer un negocio paralelo y una ganancia. Incluso utilizando la corrupción y no digamos ya los vetos y chantajes. Este clima sofocante, dicho en castizo “se acabó el buen rollito”, nos ha estallado en estas últimas elecciones del 2019...El ansia con el que todos quieren sacar tajada da vergüenza.

Tras el 26M, los españoles solo tenemos una certeza, las cuatro elecciones, europeas, nacionales, regionales y municipales las ha ganado el PSOE. Todo lo demás es negociable. España entera se ha convertido es una feria de ganado de pueblo, o mejor en una feria de ambiciones, egos y vanidades. Nadie da su brazo a torcer y con estos nuevos actores de la regeneración, la cultura de la alta y fina política se ha perdido. Hasta hace diez minutos, al PP y Ciudadanos se les llenaba la boca para acusar a Sánchez y los socialistas de fomentar los “gobiernos Frankstein” o “gobierno de perdedores”. Les parecía aberrante aquello de gobernar con “coaliciones de perdedores”, y clamaban que con ello “no se respetaba ni la democracia ni al partido ganador”. PP y Cs pedían a gritos, digo bien, a gritos, que se debería imponer por ley que gobernara el partido más votado. Pero eso era hace un cuarto de hora, metafóricamente hablando, porque ahora mismo ya están en lo contrario. Hasta el punto de establecer cordones sanitarios en cada pueblo, provincia, región, comunidad, para evitar a toda costa que el Psoe, el partido ganador de las elecciones, pueda gobernar. Y para ello, se agarran con desespero a la extrema derecha que es repudiada en toda Europa. Ergo, en lugar de avanzar hacia el européismo, con estos nuevos actores de la política, vamos hacia la paletería de mi pueblo first” (America first).

El caso es que, siguen con el mismo discurso pre-electoral. No se han dado cuenta de un pequeño detalle, las urnas se han abierto y la ciudadanía ha dado mayoritariamente su voto al Psoe: que gana en 40 de las cincuenta provincias; 12 de las 17 Comunidades; cuatro mil de los 8.000 municipios españoles, 20 escaños en EuropaAbascal ha dicho que en aquellos lugares donde puedan, evitarán que haya un gobierno de izquierdas o de independentistas. Ciudadanos ha dicho que su socio es PP, y aunque PP viene con Vox de la mano, se unen a los dos e intentan engañar ¿a quien?. Pues a nadie. Un engaño de tal grosería que espeluzna. Se cavan con ello su propia tumba política y cualquier atisbo de prestigio que puedan tener en España y Europa y ni se enteran.

Casado y Rivera basan todo su discurso en que era de emergencia nacional,convocar elecciones de forma inmediata para dar estabilidad a España con un nuevo partido ganador protegido de los chantajes de los nacionalistas catalanes, tras caer, no lo olvidemos, el PP acosado por un cuadro de corrupción letal. Y voilá!, ahí tienen las elecciones y sus resultados y ahora son ellos los que con su chantaje sofocan cualquier posibilidad real de respetar al partido ganador, refortalecido, que ha ganado ocho millones de votos y la mayoría de pueblos y provincias, y que pueda dar estabilidad a España. Sólo tendían que respetar los resultados y abstenerse. Pero no. Algo ha fallado en sus mentes de pequeños líderes del centralismo madrileño. Y no es otra cosa, que cada uno de ellos pensaba o quiso pensar que el futuro presidente del Gobierno español no iba a ser Sánchez, sino uno de ellos dos. Ese trastorno bipolar les hace actuar de forma que, allá donde Europa repudia la inconstitucionalidad y la falta de respeto a los derechos humanos de la ultra derecha”, allá donde Europa crea uniones entre liberales y socialdemócratas para frenar a los ultra, incluso los conservadores democratacristianos también se suman al muro de contención, aquí, ellos dos (mal autodenominados liberales) se unen con la extrema derecha para arrebatar a España la posibilidad de conformar un Gobierno ganador progresista, europeísta y estable. ¿No exigían un Gobierno estable?. Pues ahora está en sus manos facilitarlo, de no hacerlo, tendrán que responder por ello.

Los tres líderes, Casado, Rivera, Iglesias, de edades parecidas, a pesar de su diferente credo político, tienen un común denominador: "son de baja talla o dimensión política, apenas tienen proyección, no han salido, no han visto mundo, ni tienen experiencia ejecutiva de gobierno, ni siquiera vivencial, pero en cambio son dueños de una ambición desproporcionada". Qué pena que la oposición y alternativa de un país tan importante como España esté en manos de líderes tan pequeños. Sánchez, al menos, tiene una trayectoria política, ha vivido fuera -recuérdese su papel de culo de hierro en Sarajevo y en Bruselas- y sobre todo lleva tras de sí la solidez de un partido con más de 140 años de Historia. Desde la República, el exilio, la resistencia a la dictadura, y más de veinte años de gobierno nacional desde la democracia, liderando miles de ayuntamientos, durante más de diez legislaturas y gobiernos regionales de las principales autonomías españolas. Por eso, Sánchez, en 48 horas puede formar un gobierno brillante y experimentado, feminista y europeo. ¿De dónde sacaría ministros Pablo, o Albert? Incluso Casado, al haber sentado en el banquillo a los mejores del PP, ha raquitizado su partido y dejado a los mejores fuera.

Como bien dice desde Luxemburgo, el secretario de Organización socialista, Jose Luis Ábalos “hay mal ambiente” y quieren que se vea todo negativo, donde ellos dijeron que venían a poner estabilidad, “ponen problemas, nadie plantea soluciones”. Para el ministro en funciones, no hay quien entienda el papel de Ciudadanos, bueno, a lo mejor Valls y Garicano, que han viajado un poco a Europa y tiene otros aires, si lo entienden. “Nacieron para enfrentarse al supremacismo del separatismo catalán”, se llamaban centristas y pretendían estabilizar los gobiernos y librarnos de los independentistas, y ahora se hacen subalternos del PP y además se echan en brazos de la ultraderecha. Nada fácil en esta feria de egos y vanidades donde será difícil que alguien ceda para que ganen todos los españoles.