Después del parón producido por la crisis sanitaria provocada por el covid-19, solamente está en montado en la explanada de El Chorrillo (Juan XXIII), Salazones KIKO con sus tradicionales ‘volaores’, bonitos y mojamas. Días atrás un partido político decía que había llegado el momento de consumir lo ‘nuestro’, entre los productos mencionados estaban los salazones.

Los salazones, una tradición milenaria y artesanal, muy arraigada en nuestra ciudad, con más de 3.000 años de antigüedad, que ha ido cayendo paulatinamente al paso de los años, desde que los romanos y fenicios hiciesen de la salazón la principal actividad económica de Ceuta. Actividad que va desde finales de mayo hasta principios de septiembre.

La Asociación de Maestros salazoneros, se planteaba abandonar la actividad debido a falta de entrada de pescado de Marruecos, según expone su presidente Rafael Sánchez Martin, el cual añade que, “se mantiene a duras penas”.

Esta actividad se ve “presionada” por la regulatoria de la Administración, por retrasos burocráticos para poder acceder al Registro sanitario y poder “legalizar” sus negocios familiares.

Reconozcamos a los maestros salazoneros como José de Marcos, Juan Fernández…, los cuales han conservado una tradición que ahora mismo no pasa por su buen momento, siendo la mayoría jubilados de más de 70 años que, no disponen de subvenciones, ni extras para conservar esta tradición.  Una actividad que veremos si subsiste a duras pena como dice su presidente o desaparecerá como otras a lo largo de la historia.