El Gobierno aprueba reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales
El Consejo de Ministros ha aprobado el Anteproyecto de Ley para la reducción de la jornada laboral , fijando en 37,5 horas semanales el máximo en cómputo anual. Se trata de la primera rebaja desde 1983 y ha sido pactada con los sindicatos CCOO y UGT en el marco del Diálogo Social.
Registro de jornada obligatoria
Para garantizar el cumplimiento de la norma, el registro de jornada deberá ser digital, accesible y confiable . Se requerirá que:
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Se cumplimente de forma personal y directa , sin interferencias de la empresa.
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Permita identificar inequívocamente a la persona trabajadora y cualquier modificación.
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Está disponible en formato tratable y compatible con los sistemas de inspección.
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Sea accesible de forma inmediata para la Inspección de Trabajo y los representantes de los trabajadores.
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Se conserva durante cuatro años , estando a disposición de los trabajadores y la administración.
Las empresas estarán obligadas a garantizar su correcta implementación, evitando manipulaciones o registros erróneos.
Derecho a la desconexión digital
El texto refuerza el derecho irrenunciable a la desconexión digital, impidiendo que los trabajadores sean contactados fuera del horario pactado. No atender llamadas o correos fuera de la jornada no podrá conllevar represalias.
Además, se limitan el uso de herramientas de videovigilancia y geolocalización para evitar invasiones en la intimidad del trabajador.
Sanciones y adaptación de convenios
El incumplimiento de la normativa supondrá una infracción por cada trabajador afectado , con multas de:
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1.000 a 2.000 euros en grado mínimo.
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2.001 a 5.000 euros en grado medio.
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5.001 a 10.000 euros en grado máximo.
Los convenios colectivos deberán adaptarse antes del 31 de diciembre de 2025 , garantizando el cumplimiento de la nueva jornada máxima.
Impacto y seguimiento
El Gobierno ha anunciado la creación de una Mesa de Diálogo Social para evaluar el impacto de la reducción y estudiar nuevas medidas relacionadas con la jornada laboral.
La norma busca mejorar la conciliación, el derecho al descanso y la calidad de vida de los trabajadores, especialmente en sectores sin regulación clara como la hostelería, el comercio o la agricultura.